Hace unas horas, el Servicio Jesuita a Migrantes de España denunciaba que el Centro de Internamiento de Extranjeros (CIE) de Aluche les estaba limitando el acceso para acompañar a quienes permanecen internados allí “exclusivamente a aquellas personas que pidan expresamente, y por escrito, ser visitadas”.
Sin embargo, la queja formulada a la Justicia y al Defensor del Pueblo por la ong de los jesuitas Pueblos Unidos junto a las otras entidades que colaboran con los internos – SOS Racismo Madrid y Karibu-, ha obligado a la dirección del centro a reconsiderar su actitud.
“Ya hemos podido volver a visitar a las personas que nos esperaban, aunque tenemos que hablar con ellos en los locutorios más cercanos a la policía”, explica a Vida Nueva la abogada de Pueblos Unidos, Lucía de los Reyes, que vivió en persona cómo el pasado 2 de agosto se le impedía encontrarse con los migrantes internos a los que ayudan los jesuitas.
“Tras la revuelta de los magrebíes, me dijeron que por decisión ‘de arriba’ no podríamos ver a nadie salvo que lo hubieran solicitado los propios internos”, explica De los Reyes, quien se empeñó en mostrar a los funcionarios la lista de las personas con quienes había concertado cita. Pero no sirvió de nada. La situación se repitió durante las siguientes jornadas.
“Hasta que no hubo un interno que pidió la visita no pudimos verles. La decisión fue inesperada y no se les comunicó a los migrantes. De la noche a la mañana cambió todo. No sabían que habían cambiado el procedimiento y los migrantes pensaron que les habíamos abandonado”, se lamenta la abogada que de nuevo ha podido entrar en el CIE. “De momento, se ha solucionado”, explica aliviada.