México

La Iglesia convierte la ciudad en un escaparate de arte contemporáneo

  • En coordinación con el Gobierno capitalino, el Arzobispado de México utiliza diferentes espacios para promover obras de reconocidos artistas





Desde hace más de un año, el Arzobispado de México utiliza diferentes espacios públicos y semipúblicos de la Ciudad de México para promover obras de artistas contemporáneos de importante trayectoria. Esto, gracias al Proyecto Paradiso que creó la Iglesia en la capital del país en coordinación con el Gobierno local.

Y es que, a través de Proyecto Paradiso se desarrollan exposiciones urbanas con la finalidad “no sólo de difundir la riqueza del hombre y su sociedad, sino también de fortalecer los lazos que hacen cada vez más grande nuestra ciudad”, según lo explica el padre Álvaro Lozano Platonoff, encargado de la Comisión de Cultura del Arzobispado de México.

Proyecto Paradiso hizo por primera vez presencia pública en 2016 con “Tierra de Esperanza”, iniciativa que consistió en una exhibición de obras de arte de la artista Yoko Ono, en el Museo Memoria y Tolerancia, aunque hubo algunas piezas distribuidas en diferentes espacios de la ciudad y en soportes publicitarios. Dicho proyecto se realizó en coordinación con la Secretaría de Cultura Ciudad de México, Fideicomiso del Centro Histórico, el Sistema de Transporte Colectivo Metro y el Bosque de Chapultepec.

Ese mismo año se desarrolló el proyecto “Empatía” en los túneles de transbordo de la Línea 2 y 8 de la estación Bellas Artes del Metro. En ese lugar se presentó la obra de la artista estadounidense Bárbara Kruguer, compuesta de diversos textos impresos en vinil, en gran formato, cuya finalidad era impactar al espectador, haciéndolo reflexionar sobre la obra de arte y su realidad para generar consciencia social.

Actualmente se desarrolla el proyecto “Ser humano_Ser urbano”, que desde julio y hasta el mes de septiembre exhibirá obras de los artistas extranjeros contemporáneos: Philip-Lorca diCorcia, Tracey Emin, Keith Haring, Robert Montgomery, Nicolás Paris y el colectivo Public Movement, con un total de 80 piezas exhibidas en más de 800 espacios publicitarios –parabuses, redes de transporte colectivo, bajopuentes, muebles urbanos y espectaculares digitales– dispersos por toda la ciudad. El objetivo es promover el diálogo, los valores y el compromiso social entre los ciudadanos. 

Edith Pons, directora de Proyecto Paradiso, explica que cada uno de los proyectos “es una especie de declaración creativa, donde el arte juega un papel de herramienta de comunicación que propicia un diálogo mucho más abierto e incluyente. Pero además, cada exhibición logra que la gente pueda consumir el arte en su espacio cotidiano”.

Sobre su experiencia como directora del proyecto, comentó que desde el principio tuvieron muy claras las palabras del papa Francisco en el sentido de que vale más ‘una Iglesia accidentada que una Iglesia enferma por no salir’.

Por ello –dice– “hemos buscado entablar diálogo con los agentes contemporáneos y hacer sinergias, alianzas y colaboraciones que permitan que los proyectos tengan un impacto mayor;  de igual forma, debemos abrirnos a estos conceptos de arte para todos… y trabajar para que no haya tanta desigualdad y marginación”.

Edith Pons adelantó que para futuros proyectos se buscará incluir la obra de artistas mexicanos, pero esto dependerá de las adaptaciones a los tiempos y de las nuevas temáticas que se generen.

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