La violencia de pandillas es un problema complejo que tiene sus raíces en la disfuncionalidad familiar, por lo que es más importante que los padres se preocupen por pasar más tiempo con sus hijos, que en ganar dinero.
Ese fue el mensaje central que ha llevado el cardenal Gregorio Rosa Chávez a comunidades latinas de Long Island, Nueva York, azotadas por la violencia de pandillas, en una visita de tres días en la que también se ha reunido con presos.
Según reporta el diario Newsday, Rosa Chávez visitó la mañana de este sábado a reclusos en el Centro Correccional del Condado de Nassau, en East Meadow, quienes se vieron gratamente sorprendidos por la presencia en la cárcel del cardenal salvadoreño.
Cristo vive en ustedes
“En esta cárcel hay una capilla, Cristo vive entre ustedes”, les dijo a unos 50 presos congregados en la capilla, a quienes también les manifestó su cercaría: “Estoy muy feliz de estar aquí con ustedes y compartir este momento con ustedes”.
El sheriff Michael Sposato, quien supervisa el centro de reclusión, calificó la visita como “un gran honor”, y aseguró que nadie podía creer que en la cárcel hubiera un cardenal. En el encuentro, dos convictos tuvieron la posibilidad de dirigirse a Rosa Chávez para manifestarle sus deseos de conversión: “Queremos que sepas que estamos trabajando para promover una cultura de vida, fraternidad y paz detrás de estos muros… estamos tratando de convertir nuestros corazones, mentes y almas y ser mejores seres humanos”.
Desde ahí, Rosa Chávez envío un mensaje de esperanza a las familias de las víctimas de la violencia de la MS-13, siglas que hacen referencia a la Mara Salvatrucha, la organización internacional de pandillas criminales asociadas, que han generado una ola de terror en la comunidad latina de Long Island, con una serie de asesinatos brutales.
Rosa Chávez dejó en claro que la represión policial del MS-13 no es la manera de resolver el problema de las pandillas, al menos en El Salvador. Y es que –explicó– “cuando una respuesta es represiva pone a los victimarios contra la pared y se vuelven más salvajes, y eso es lo que está sucediendo en El Salvador… las pandillas reaccionan matando a policías y a sus familias. Esa escalada indica que no es el camino a seguir”.
Familias en paz
Por la tarde, el cardenal celebró una Misa en la Escuela Secundaria Diocesana St. John the Baptist en West Islip, donde recalcó que muchas veces los dispositivos electrónicos hacen que la comunicación en las familias sea más difícil, y por la noche celebró la Eucaristía para al menos 700 personas en la parroquia de St. Anne en Brentwood, comunidad en Long Island que ha sido el epicentro de los asesinatos pandilleros.
Al comienzo de la celebración, donde fue recibido con una lluvia de aplausos, Rosa Chávez leyó los nombres de las víctimas recientes de esa violencia en esa comunidad, donde en poco menos de dos años 21 personas han muerto a manos de la pandilla MS-13, que tiene sus raíces en El Salvador.
“Estoy aquí con los obispos para decir que no están solos”, dijo a la asamblea, y llamó a los padres de familia a ser responsables de sus hijos y crear un hogar donde reine la paz. Hizo hincapié en la importancia de que éstos pasen más tiempo con sus hijos en lugar de preocuparse por ganar dinero.
Monseñor Rosa Chávez concluye su visita a Long Island este domingo con misas en la parroquia de Nuestra Señora de Loretto en Hempstead y Kellenberg Memorial High School en Uniondale.