México

Obispo Arizmendi: “Pese a las políticas egoístas de Trump, la emigración no se detiene”

  • “El deseo de estos hermanos por encontrar una salida a su situación familiar es más grande que el peligro que corren a causa de las extorsiones, asaltos, robos, trata, enfermedades, violaciones o secuestros”, asegura





Las políticas migratorias de Donald Trump son egoístas y economicistas, pero a pesar de sus muros y de su racismo grandilocuente, la emigración no se detiene, y no hay indicios de que se vaya a detener por completo”. Así lo consideró el obispo de San Cristóbal de las Casas, monseñor Felipe Arizmendi, cuya diócesis se encuentra en el estado de Chiapas, al sureste de México, en la frontera con Guatemala.

Tras visitar en días pasados dos albergues para migrantes en los municipios de Palenque y Salto de Agua, el obispo explicó corroboró que el flujo de emigrantes no se detiene, de tal suerte que diariamente pasan por estas casas entre 50 o cien; la mayoría son varones de entre 18 y 30 años, y por lo general provienen de Honduras; “no faltan las mujeres, incluso con niños”.

Arizmendi Esquivel recordó que muchos de los migrantes salen de su país por la falta de trabajo, por la inseguridad y la violencia, por huir de las amenazas de muerte que les hacen las bandas de las “maras”. Y aseguró que pese a que saben que cada día es más difícil cruzar a los Estados Unidos, y los peligros que esto conlleva, “sienten la necesidad y la urgencia de buscar una salida a su situación familiar y personal”.

Por su paso en México –detalló a través de un artículo publicado en su página diocesana– se exponen a extorsiones, asaltos, robos, trata, enfermedades, violaciones, cobros excesivos de transportistas y ‘polleros’. También existe el peligro de que los narcotraficantes los secuestren y les exijan rescates por parte de sus familias, o que los detengan las autoridades migratorias y los deporten. Pero “nada los detiene”. Por ello, los albergues que tiene la Iglesia católica se convierten en un “oasis para su travesía”.

Una necesidad evidente

Para monseñor Arizmendi, son dos los factores que provocan que la emigración continúe: por una parte, la mano de obra que hace falta en los Estados Unidos, tanto en el campo como en la construcción y en los servicios, y la corrupción en la Unión Americana, que facilita que la gente siga pasando por la frontera.

Tras recordar las palabras del papa Francisco, en el sentido de que “ante un mundo globalizado y cada vez más complejo, América Latina debe unir esfuerzos para hacer frente al fenómeno de la emigración, el obispo de Chiapas informó que del 29 al 31 de agosto, en Tapachula, Chiapas se llevará cabo el IV Encuentro con obispos y agentes de pastoral migratoria de esos países y del sur de México, con la finalidad de seguir analizando este fenómeno, reforzar acuerdos y acompañar a tantas personas que salen de sus países y pasan por el territorio nacional.

El encuentro es organizado por la Dimensión de Movilidad Humana del episcopado mexicano, en coordinación con instancias eclesiales del llamado Triángulo Norte de Centroamérica (Guatemala, El Salvador y Honduras), junto con el Pontificio Consejo para el Desarrollo Humano Integral, de la Santa Sede, así como con el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados: “es un asunto que no nos puede dejar indiferentes, ni sólo esperar que todo lo resuelvan los gobiernos. El lema de este Encuentro es: Caminemos con Cristo migrante en el mundo”, agregó el obispo Arizmendi.

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