Francisco de Roux, director del Centro Fe y Cultura de Medellín, fue postulado para hacer parte de la Comisión de la Verdad que surgiría como resultado de los acuerdos entre las FARC y el Gobierno de Juan Manuel Santos. La iniciativa nació en el seno de La Paz Querida, un movimiento ciudadano creado el año pasado.
Director del Programa por la Paz y del CINEP en la década de 1980, el jesuita fue, igualmente, fundador en 1995 del Programa de Desarrollo y Paz del Magdalena Medio, un proyecto galardonado con el Premio Nacional de Paz en 2001.
De Roux también ha sido provincial de la Compañía de Jesús en Colombia y, en la actualidad, es columnista de El Tiempo.
Un liderazgo espiritual
Durante el proceso de diálogo entre el Gobierno y la guerrilla, acompañó a las delegaciones de víctimas del conflicto que viajaron a La Habana para unirse a las conversaciones. Como ha manifestado en repetidas ocasiones, la voz de las víctimas en La Habana marcó un antes y un después en el proceso de paz.
En una actividad que reunió a comienzos de julio a defensores de derechos humanos que ejercen su labor inspirados en la fe cristiana, el religioso compartió lo que considera debe ser la participación de la Iglesia en esta hora decisiva del país. “El gran desafío que tenemos es tener una actitud proactiva, para que el proceso en que está el país se logre consolidar. Nuestro mensaje debe ser de esperanza, para llenar el vacío de un liderazgo espiritual. Decirle a los colombianos: no tengan miedo. Nosotros vamos a estar ahí para que se diga la verdad de todos los lados, para que no quede nada oculto; estaremos allí para que se repare a las víctimas sin excepción, para que no se siga matando a líderes sociales; para que la búsqueda de tierras no se detenga; para que no haya impunidad en el sistema de justicia transicional; para que se acepten todas las responsabilidades; para que el proceso agrario se lleve hasta lo más profundo…”. En este marco de consideraciones llega su postulación.
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