Ante las voces de protesta de profesores, médicos y enfermeras que en las últimas semanas se han hecho sentir en Perú, los obispos de la presidencia de la Conferencia Episcopal Peruana (CEP) se han pronunciado, en medio de las huelgas, para recordar que “la educación y la salud son derechos humanos fundamentales e impostergables”.
En el comunicado, divulgado el 18 de agosto y firmado por el presidente de la CEP, Salvador Piñeiro García, el primer vicepresidente, Héctor Miguel Cabrejos, el segundo vicepresidente, Pedro Ricardo Barreto, y el secretario general, Norbert Strotmann, se destaca que “la educación de niños y jóvenes, así como la atención al enfermo, no es solo un compromiso del Estado, sino un deber de quien debe enseñar y de quien debe cuidar la salud, ya que la persona humana es el fin supremo de nuestra sociedad”.
Así, si por una parte los obispos manifiestan su comprensión ante “las exigencias de los profesores, médicos y enfermeras, cuando expresan reclamos justos”, de igual forma, destacan “la necesidad de considerar y respetar los derechos a la tranquilidad, a la educación y a la salud de todos los peruanos, especialmente de los más frágiles y débiles”. “El principio del bien común es fundamental”, argumenta la CEP.
La invitación de los obispos a mantener y ampliar los esfuerzos de diálogo es un imperativo para responder a la situación actual: “El camino para la solución de los problemas no está fuera de las propias mesas de diálogo”, han insistido, proponiendo que dicho diálogo, lejos de toda violencia, se lleve a cabo en un clima de sinceridad y de hermandad, “bajo la claridad del respeto y la preocupación por los que resultan más afectados”.
Aunque ya se han dado pasos para superar la crisis generada por la huelga del sector de la salud, el paro de los maestros peruanos ya completa dos meses. En los últimos días las manifestaciones en Lima han dado lugar a enfrentamientos con la policía.