El próximo domingo 27 de agosto, la Diócesis de Texcoco llevará a cabo, en el Centro Cultural Mexiquense Bicentenario, una Jornada de Preparación rumbo a la XII Jornada Catequística Nacional ‘¡Familia, catequista de misericordia!’, a celebrarse en noviembre próximo en el estado de Durango.
Entre los ponentes invitados a esta jornada preparatoria en el Estado de México, destaca la participación del sacerdote Víctor Murillo Beltrán, director de la Sección Diocesana de Evangelización y Catequesis de Culiacán y Provincial de Catequesis de Hermosillo, quien explicó que su exposición en el evento girará en torno a dos temas: “La familia, educadora de la fe” y “La comunicación eclesial, una gran familia”.
El padre Murillo Beltrán se refirió principalmente a la misericordia como punto fundamental en la convivencia de toda familia, y consideró que papá y mamá hoy más que nunca deben recuperar su protagonismo y no delegar la educación, sino ser educadores y transmisores de la misericordia: “la forma más directa de hacerlo es dando testimonio, un testimonio de amor, pues el amor es lo que realmente va a convencer, persuadir e invitar a los hijos a depositar su confianza en Dios”.
Al respecto, explicó que desde que está en el vientre, toda criatura recibe de papá y mamá lo necesario para vivir; “por eso, la mejor educación religiosa y de fe es la que se recibe de mamá en la infancia, mientras que en la adolescencia y juventud se requiere de la firmeza del papá”.
Indicó que en estos tiempos es muy importante que en la familia se practique la misericordia: “porque estamos muy lastimados, muy heridos; el ser humano ha ido perdiendo la capacidad de amar, y el antídoto que puede resolverlo –según el papa Francisco– es la actitud de misericordia, precisamente todo lo contrario a lo que ahora estamos viviendo”.
Agregó: “Muchos de los valores religiosos se han fragmentado y destruido, por eso los padres, con su testimonio de amor, con su perfección de fe en el mundo, pueden impregnar a sus hijos de una actitud más humanizadora, más de misericordia, más de Dios”.
Durante la Jornada Diocesana de Preparación, la comunicadora Lucero Velasco, también presentará la conferencia: “Jesús, amigo de la mujer”, basada en el libro Jesús, una aproximación histórica, del teólogo José Antonio Pagola.
Al respecto, Lucero Velasco dijo que a través de su “clown” de mujer “muy actual, con trabajo y familia”, abordará de manera histriónica y cómica “los retos de la mujer, bajo la enseñanza de los diferentes encuentros que tuvo Jesús con las mujeres de su tiempo, y que goza de muchísima actualidad”.
Lucero consideró que su intención es “resaltar el importante papel de la mujer en la sociedad, en la religión, en el día a día en la educación, en la evangelización, cuestión de la que Jesús habló y enseñó en su tiempo”. Añadió que en su presentación intentará sensibilizar a la comunidad respecto al valor de la mujer, “sin fomentar una confrontación entre los dos sexos, sino una complementariedad”.
La parte musical del evento estará a cargo del cantante católico Gabriel López, quien adelantó que su participación estará enfocada a “los momentos de animación, los cantos en la Eucaristía y las cortinillas”.
Gabriel mencionó que su tarea consistirá en presentar una versión sintética –en forma de cápsulas– de su concierto-conferencia “Toda la vida”, basado en el libro Soy mayor, de José Carlos Bermejo, editado por PPC México.
Asimismo, explicó que durante la Eucaristía, su música se volverá parte de la liturgia, así que su objetivo será “hacer participar a todos los asistentes del canto de la Misa”.
Consideró que los catequistas son un sector de la Iglesia que tienen un gran aprecio por los cantos de animación: “creo que será un reto interesante el conectar cognitiva, emocional y espiritualmente con los asistentes”.
Agregó que tratará de generar una “experiencia musical espiritual y festiva, tomando como ingredientes el carisma propio de los catequistas, el feeling de su interpretación, una selección de cantos que todos se sepan, más algunas novedades; explotaremos el recurso de las mímicas de integración, intentaremos potenciar el momento espiritual y emocional que se haya generado en los bloques previos a cada momento musical”.
Finalizó: “el Señor ha puesto en mis manos la música, y haré todo lo humanamente posible para que los que ese día canten, tengan buenas notas para encontrarse con Dios. Jesucristo ha sido misericordia en mi vida, y si mi música puede ser una pequeña llave para que se abran algunos corazones al amor de Dios, mi trabajo habrá tenido sentido”.