La Casa Blanca ha dado a conocer su informe anual de libertad religiosa en 199 países del mundo. “Casi el 80 % de la población global vive sujeta a restricciones a su libertad religiosa o a presiones que la afectan. Cuando no se protege la libertad religiosa, la inestabilidad, los abusos de derechos humanos y el extremismo violento tienen más opciones de avanzar”, apuntó el secretario de Estado de EEUU, Rex Tillerson, durante la reciente presentación de este estudio, con datos de 2016,que se elabora por orden del Congreso y en el que se señala al Estado Islámico como la principal amenaza para este derecho fundamental.
“El Estado Islámico es claramente responsable de genocidio contra yazidíes, cristianos y musulmanes chiíes en áreas que están o estuvieron bajo su control”, sentenció Tillerson, utilizando el término “genocidio” del que ya se sirviera su predecesor en el cargo, John Kerry.
Para el actual secretario de Estado, “el Estado Islámico también es responsable de crímenes contra la humanidad y limpieza étnica contra los mismos grupos y, en algunos casos, contra musulmanes suníes, kurdos y otras minorías”. Por este motivo, justificó que “la protección de estos grupos -y otros atacados por el extremismo violento– es una prioridad de la Administración de Trump”, subrayando la “contundencia” con la que Estados Unidos está actuando en Irak y Siria.
Entre los focos calientes que señala el informe también se encuentra, Baréin, Arabia Saudí –especialmente, por el “patrón de prejuicios sociales y discriminación contra los chiíes- así como en Turquía –donde se limitan “los derechos humanos de algunas minorías religiosas”, especialmente los musulmanes no suníes–.
Sobre China, Tillerson recordó que “el Gobierno tortura, detiene y encarcela a miles de personas por practicar sus creencias religiosas”. Tampoco se olvidó en su repaso a Oriente de Pakistán –“ donde más de dos docenas de personas están en el corredor de la muerte o bajo cadena perpetua por blasfemia”– ni de Irán –en la que cristianos y otras minorías son “condenados a muerte bajo vagas leyes de apostasía”–. También alertó de los problemas que se sufren en Sudán, con un Gobierno que “arresta, detiene e intimida a miembros del clero y de la Iglesia”.
En su mirada a América Latina, el informe advierte del aumento de asesinatos de sacerdotes en México, si bien reconoce que “el ambiente de libertad religiosa ha mejorado” en Cuba en los últimos años. Sobre Venezuela, el informe se hace eco de que “el Consejo Evangélico de Venezuela y representantes de la Iglesia católica informaron que existe un tratamiento preferencial por parte del Gobierno a los grupos religiosos amigables a las políticas del gobierno”.
¿En qué se concreta esto? “Varias organizaciones religiosas describen las dificultades y retrasos en la burocracia gubernamental al intentar registrar o lograr la aprobación de nuevos estatutos internos; un grupo religioso atribuye un retraso de cuatro años en la aprobación oficial de sus estatutos a razones políticas”, apuntan desde la Casa Blanca.