Muchos amigos, vecinos y educadores de algunos de los jóvenes que atentaron en Barcelona y Cambrils aún se siguen sorprendiendo de que hayan sido capaces de perpetrar la matanza que acabó con la vida de 15 personas y ocasionó heridas a más de un centenar el pasado 17 de agosto.
Incluso sus familiares han mostrado su estupor por una radicalización que entienden que se produjo en unos pocos meses y que no consiguieron detectar, algo que comienzan a reprocharles ahora algunos miembros de la comunidad musulmana de Ripoll, que temen problemas de rechazo con la comunidad autóctona.
Ante el debate que va ganando fuerza sobre cómo se habrían podido evitar los atentados, colectivos cristianos como Justicia y Paz reclaman, en conversación con Vida Nueva, “promover la educación de la religión islámica en la escuela pública”.
En palabras de su presidente, el barcelonés Eduard Ibáñez, “es sorprendente que en Cataluña [donde reside el mayor colectivo musulmán de España, más de 500.000, una cuarta parte del total] no se imparta esa asignatura en ningún centro público. ¡Y eso que está reconocido por la ley!”.
Efectivamente, desde el año 1992 existe esa posibilidad a raíz de los Acuerdos de Cooperación firmados entre el Estado Español y la Comisión Islámica de España. Sin embargo, un cuarto de siglo después, “el 95% de alumnado musulmán carece de clases de religión en los colegios públicos”, según un estudio elaborado por la Unión de Comunidades Islámicas de España (UCIDE) y el Observatorio Andalusí.
Según el mismo informe, “actualmente solo se atiende una demanda básica, en la etapa de Educación Primaria, de clases de Religión Islámica en las autonomías de Andalucía, Aragón, Canarias, Castilla y León, Ceuta, Euskadi, Madrid y Melilla, cooperando Asturias”.
Ante esta situación, Ibáñez está convencido de que desde la Iglesia hay que “reflexionar sobre cómo se puede ayudar al islam moderado, que es el mayoritario en España, a prevenir y proteger a sus jóvenes de este fenómeno de la radicalización”.
Y, en su opinión, eso pasa por reivindicar el derecho a que reciban religión islámica también en la escuela pública. “Dónde conocerán entonces los jóvenes musulmanes las enseñanzas del islam? ¿En algunas de esas mezquitas que no conocen el islam moderado?”, se pregunta.
Fuentes de la escuela concertada católica, que prefieren guardar el anonimato, también ven razonable esta reclamación de enseñanza de la religión islámica en las aulas públicas. Sin embargo, apuntan un posible problema: la lengua en la que se imparta. “Si se les da en árabe, habría que asegurarse de qué es lo que se les va a decir a los niños”.
En este sentido, la misma fuente reclama que esos profesores “tengan las mismas exigencias que tienen los que enseñan religión católica: es decir, con la titulación civil necesaria, adecuada a la etapa educativa que se corresponde, con una declaración de idoneidad…”, detalla, para, a continuación afirmar que en las escuelas que hoy se imparte religión musulmana “estas exigencias no se cumplen”.
En el fondo subyace un problema de confianza con la labor de algunos imanes que, como se han visto en el caso de la célula terrorista de Ripoll, fue fundamental en la radicalización de los jóvenes, alguno de ellos, menor de edad.
En este sentido, la Comisión Islámica de España acaba de anunciar que a finales de este año tendrá acabado un censo de imanes y mezquitas, algo en lo que lleva trabajando desde hace algún tiempo, según informó esta semana a través de un comunicado.
Dicho censo recogerá también información sobre si los imanes son voluntarios, contratados o si trabajan a tiempo completo o parcial. Asimismo, los imanes, según la nota, deberán acreditar su formación y capacitación para obtener la “verificación y conformidad” de la Comisión Islámica.