El juez musulmán Khatun Sapnara dice que la niña de 5 años acogida por una familia musulmana debe estar con su abuela. Spanara mantiene que es bueno para ella vivir con un familiar por su bienestar y para que pueda satisfacer sus necesidades “en términos de cultura y religión”.
Asimismo, también ha ordenado una investigación urgente para saber por qué los servicios sociales tomaron a esta familia como buena candidata para esta niña cristiana a la que obligaron a retirar su crucifijo del cuello, le impedían comer cerdo y la obligaban a leer el Corán y a hablar árabe, pues no hablaban inglés, según advirtió en exclusiva The Times. El juez explica que los niños vulnerables deben estar en familias “culturalmente similares”, tal como pidieron sus padres.
Por su parte, el funcionario de los servicios sociales que firmó la acogida ha dicho que en el momento no había otra familia de mismos rasgos culturales disponible. Así, aún no está claro por qué la niña fue confiada durante seis meses a dos familias de acogida diferentes y no desde el principio ha permanecido al cuidado de su abuela.
Las restricciones a la religión en China siguen aumentando bajo el régimen cada vez más represivo de Xi Jinping. Ahora, al menos cuatro gobiernos regionales de toda China han emitido avisos en los que prohíben a los niños unirse a grupos cristianos y asistir a actividades religiosas, como publica UCA News.
La prohibición incluye apartar a los niños de las iglesias incluso si asisten con sus padres y maestros. Además, advierten de que los funcionarios pondrán en marcha investigaciones sobre las iglesias aprobadas por el Gobierno y las que operan fuera de las iglesias católicas y protestantes oficiales de Pekín.
Esta última medida surge como parte de una campaña de represión concertada contra la religión con la intención de traer a más seguidores religiosos bajo el control del Partido Comunista, que es oficialmente ateo y prohíbe a sus miembros practicar.
La Iglesia católica quiere ser protagonista en la revitalización del sistema de educación en Myanmar. Por ello, el cardenal arzobispo de Yangon, Charles Bo, ha solicitado al Gobierno la devolución de las más de 80 escuelas católicas que fueron nacionalizadas por la antigua junta militar en 1965, según informa UCA News.
El establecimiento de relaciones entre el Vaticano y Myanmar y la próxima visita del Papa al país asiático ha servido de impulso al episcopado para tomar la iniciativa de pedir al Gobierno la devolución de las escuelas para que el país vuelva a ser la nación mejor educada de todo el sudeste asiático y poner fin a los largos años de maltrato al sistema educativo.
En la actualidad solo hay dos escuelas secundarias y cuatro primarias dirigidas por la Iglesia, según datos de la Comisión de Educación de la Conferencia Episcopal de Myanmar. No obstante, la Iglesia dirige unas 300 casas de huéspedes en parroquias en todo el país, donde aunque los niños asisten a las escuelas estatales, se les da lecciones suplementarias.