“Matar a los infieles. Solo dejar a musulmanes que siguen la religión”. Este mensaje fue escrito en una red social por Moussa Oukabir, uno de los terroristas abatidos en Cambrils. Lo hizo en 2015, cuando apenas tenía 15 años. Un mensaje que demuestra que “no conoce para nada la religión”.
Así lo considera Carlos –nombre ficticio–, un chaval español de 22 años de las periferias de Madrid que, con esa misma edad, se convirtió al islam. Y agrega: “Nadie que sepa realmente lo que es el islam sería capaz de hacer una barbaridad como matar”.
Él sabe de lo que habla, pues años atrás, una persona que se autodenominaba imán intentó corromperle a él y a sus amigos a través de un grupo de WhatsApp. Esta persona justificaba la violencia e invitaba a una “guerra santa”. “Nosotros nos resistimos y le rebatimos sus argumentos. Supongo que no éramos caldo de cultivo y no supimos más de él”, relata.
¿Era un captador?, preguntamos. “Hombre, no creo que nadie se presente como captador ante un grupo, pero sí que sus ideas eran muy extremistas e intentó imponernos su opinión”, responde el joven. (…)
(…) “¿Captarme para sembrar el terror? No podrían, porque yo sí conozco el islam”. Y continúa: “Como oímos repetir constantemente estos días, aprender la religión de verdad te cura de cualquier radicalismo o extremismo”. (…)
El joven madrileño está bautizado y ha recibido la primera comunión. “Lo hice por tradición, aunque mis padres tampoco diría que son creyentes”, reconoce. No obstante, con 16 años decidió tomar su camino. (…) “Sentí que el Corán concordaba a la perfección conmigo, tiene textos fáciles de entender y que siguen siendo actuales. Gracias a que di con imanes cualificados, me fueron resolviendo todas mis dudas”. (…)