El día que Bergoglio necesitó una psicoanalista

No es extraño que el papa Francisco bromee en algún encuentro informal o incluso públicamente en alguna entrevista con algún chiste sobre el ego de los argentinos o que vive en Santa Marta rodeado de gente para no tener que gastar dinero en una consulta con el psicólogo o el psicoanalista.

Ahora, en un libro que recoge doce conversaciones del pontífice con el sociólogo francés Dominique Wolton y que publicará en Francia Ediciones L’Oservatoire con el título Politique et société, el papa confiesa que cuando tenía 42 años acudió semanalmente durante seis meses a la consulta de una psicoanalista. Algunos de los fragmentos principales serán anticipados por “Le Figaro Magazine”, en el país galo.

La mujeres de su vida

Esta revelación se produce en el contexto de una conversación sobre la importancia del papel de determinadas mujeres en la vida de Bergoglio. Así, señala la presencia de su madre y de sus dos abuelas y como le “han ayudado mucho en su vida cuando necesitaba consejos”.

Pero también señala a una psicoanalista judía a la que fue para resolver y aclarar algunos problemas personales. Relata también, que la terapeuta le llamó poco antes de morir para mantener un “diálogo espiritual”. “Era una persona muy buena. Durante seis meses me ayudó mucho, cuando tenía 42 años”, con esta edad, entre 1978 y 1979, Jorge Bergoglio había finalizado su servicio como superior provincial de los jesuitas argentinos. Una etapa caracteriza por las tensiones políticas de la represión y persecución que sufrieron algunos de los religiosos a su cargo.

Aunque en el libro se afrontan fundamentalmente temas sociales: la acogida a los migrantes, el papel de la religión en un estado laico, el futuro del proyecto europeo, el concepto de guerra hoy en día y su justificación moral clásica, la teología del pueblo que ofrece Francisco, la sexualidad, el aborto, el matrimonio, la tolerancia, el radicalismo islámico…