Este domingo un grupo de católicos pidió perdón por la implicación de miembros de su iglesia en la violencia colombiana. El hecho ocurrió durante una misa celebrada en la Plaza de los mártires, frente a la basílica del Voto Nacional, en el centro de Bogotá.
Presidió la eucaristía el dominico Raúl Vera, co-presidente del Servicio Internacional Cristiano de Solidaridad con los Pueblos de América Latina y obispo de Saltillo (México).
El gesto fue acogido por Gloria Gaitán, hija del político liberal Jorge Eliécer Gaitán, asesinado en 1948; así como por comunistas, por familiares de víctimas de crímenes de Estado y por indígenas: representantes de sectores de la sociedad colombiana que han sufrido estigmatización y persecución por cuenta de alianzas entre el poder y la religión, según fueron presentados por los organizadores de la actividad.
“Este es un país de bautizados católicos, la inmensa mayoría; sin embargo, nos hemos destruido entre nosotros: ha habido una ruptura muy honda del ser humano”, señaló en conversación con Vida Nueva uno de los asistentes, el padre Francisco de Roux. “Me parece muy bello que los católicos como un cuerpo, como comunidad de Iglesia, con sentimiento de fe profunda, pidamos perdón por todo lo que a nosotros nos concierne; por lo que ha sido responsabilidad nuestra”, dijo el director del Centro de Fe y Culturas de Medellín.
El historiador Daniel García-Peña también concurrió al acto. He aquí su respuesta, tras ser consultado sobre si una eventual Comisión de la verdad permitiría esclarecer la responsabilidad de la Iglesia Católica en el desarrollo de la violencia en el país: “es inevitable que así sea, porque la responsabilidad de lo que ha pasado no solamente es de los individuos sino de las instituciones; y la Iglesia Católica, por el peso que tiene en este país, por la forma en la cual ha obrado en diferentes momentos de la historia tiene también que enfrentarse con el espejo de la verdad, como los partidos políticos, los empresarios, los medios de comunicación, en fin: yo creo que la Comisión de la verdad abre una posibilidad para que realmente el país deje atrás años de estigmatización y de invisibilizar al diferente, a reconocernos como un país diverso”.
En vísperas de la llegada del Papa a Colombia, el acto acrecentó la expectativa por el mensaje que el obispo de Roma traerá consigo en medio de la coyuntura. Carlos Medina Gallego, investigador y docente de la Universidad Nacional de Colombia: “Francisco viene jugando un papel importante en el desarrollo de la construcción de la paz en Colombia y su visita debe ayudar a consolidar este proceso que todavía no termina de arrancar. Todavía hay mucho resentimiento, mucho odio, mucho sentimiento de venganza. Va a tomar un tiempo grande para poderse consolidar una nueva espiritualidad nacional. El Papa viene con el propósito de que se refunde esa espiritualidad de la nación que se construyó sobre el odio, sobre la venganza y sobre la muerte y de que pueda construirse sobre la solidaridad, el perdón, la reconciliación y el amor”.