Dos días antes de la llegada del Papa y justo cinco años después de que las FARC realizara su anuncio marco, el presidente del Gobierno Colombiano, Juan Manuel Santos, anunciaba un alto el fuego del Ejército de Liberación Nacional (ELN) dentro de los diálogos de paz que el Estado y la guerrilla llevan a cabo en Quito.
“El Papa llega en un momento único en nuestra historia, cuando volteamos la página de un conflicto absurdo y encaramos con ilusión el futuro”, detalló el presidente de Santos.
Este cese de la violencia tendrá, en principio, vigencia de 102 días, comenzando el 1 de octubre y con fecha de caducidad el 12 de enero de 2018. “Se irá renovando en la medida que se cumpla y se avance en las negociaciones de los demás puntos”, explicó Santos.
A través de un comunicado, las delegaciones de ambas partes, subrayaban que la principal motivación para este paso adelante es “mejorar la situación humanitaria de la población”. “Para el cumplimiento de este Acuerdo se establecerá un mecanismo integrado por el Gobierno Nacional, el Ejército de Liberación Nacional, la ONU y la Iglesia católica, que funcionará con el doble propósito de prevenir e informar cualquier incidente”, apunta el documento.
“Sin lugar a dudas es el más importante acuerdo” desde que abrieron la mesa de negociaciones, señala el portavoz gubernamental en Quito, Juna Camilo Restrepo, mientras que el guerrillero Pablo Beltrán expresó que “este acuerdo es muestra de que sí podemos cambiar”.