Dos mil doscientos diecinueve kilómetros separan ( o unen, según se mire) Colombia de Venezuela; a través de esa línea fronteriza decenas de miles de venezolanos han buscado huir de un régimen que cada vez más deriva hacia la dictadura y hace sufrir a la población durísimas condiciones de vida.
En el viaje que en estos momentos realiza Francisco para llegar a Bogotá se ha cruzado el huracán Irma que ha obligado al avión de “Alitalia” a desviar ligeramente su ruta pero en todo caso antes de entrar en el espacio aéreo colombiano atravesará Venezuela sobrevolando Caracas, Maracay, Barquisimeto y San Cristóbal.
En las palabras de saludo que dirigió a los setenta periodistas que le acompañan en el vuelo papal Bergoglio evocó esta circunstancia geográfica y pidió una oración “por Venezuela para que se pueda hacer el diálogo y para que el país reencuentre una bella estabilidad con el diálogo con todos”. Al sobrevolar los cielos de Venezuela el Papa enviará un protocolario telegrama de saludo al Presidente Nicolás Maduro.
El portavoz vaticano Greg Burke ya descartó en Roma que durante su estancia en Colombia el Santo Padre vaya a mantener ningún encuentro oficial ni con los Cardenales y obispos de Venezuela ni, mucho menos, con representantes de la oposición al gobierno caraqueño. Lo cual no quiere decir que no salude a los arzobispos de Caracas y de Mérida, cardenales Urosa y Porras y mantenga con ellos un amplio intercambio de opiniones. Otra posibilidad es que sea el Secretario de Estado Cardenal Parolin quien se reúna con los venezolanos . Yo tampoco excluiría que en algún momento Francisco no aluda a la siempre abierta disposición de la Iglesia para facilitar una solución compartida de la aguda crisis del país andino.