1.360.000 es la cifra oficial del número de personas que estuvieron en el parque Simón Bolívar, en Bogotá, en la celebración de la Eucaristía presidida por Francisco en la tarde del 7 de septiembre, la primera de las cuatro que celebrará en su visita apostólica a Colombia.
Aunque la Misa inició a las 16:40 hora local, desde muy temprano la gente fue llegando al simbólico parque, en el corazón de la ciudad, para participar en una jornada marcada por la paz y la promoción de la vida.
La orquesta filarmónica de Bogotá, un coro de 110 personas y algunos reconocidos cantantes nacionales –varios de ellos afrocolombianos, como Herencia de Timbiquí, ChocQuibTown y la red de cantoras del Pacífico– contagiaron con sus cantos sacros y criollos que se escucharon a lo largo de la explanada de 1.800 mt2, dispuesta para la celebración.
En la homilía, el Papa recurrió al simbolismo del mar para referirse a la “marea humana” donde conviven todos los pueblos. “Estas multitudes de hombres y mujeres, niños y ancianos habitan una tierra de inimaginable fecundidad, que podría dar frutos para todos”, dijo el Obispo de Roma, “pero también aquí, como en otras partes, hay densas tinieblas que amenazan y destruyen la vida”, añadió.
Enseguida, Francisco dio nombre a estas tinieblas: “Las tinieblas de la injusticia y de la inequidad social; las tinieblas corruptoras de los intereses personales o grupales; las tinieblas del irrespeto por la vida humana que siega a diario la existencia de tantos inocentes, cuya sangre clama al cielo; las tinieblas de la sed de venganza y del odio que mancha con sangre humana las manos de quienes se toman la justicia por su cuenta; las tinieblas de quienes se vuelven insensibles ante el dolor de tantas víctimas”.
“Esta querida ciudad, Bogotá, y este hermoso país, Colombia, tienen mucho de estos escenarios humanos presentados por el Evangelio”, aseveró Bergoglio, recordando el período infructuoso de ‘la patria boba’ que dividió a los colombianos, cuando por un período de 6 años llegó a tener 16 presidentes. “También la Iglesia en Colombia sabe de trabajos pastorales vanos e infructuosos”, agregó el Obispo de Roma.
Las palabras del Papa significaron un llamado a la unidad y a la vida, “trabajando en la defensa y en el cuidado de la vida humana, particularmente cuando es más frágil y vulnerable: en el seno materno, en la infancia, en la vejez, en las condiciones de discapacidad y en las situaciones de marginación social”. Francisco no es ajeno a la polarización que vive el país cuando dice que “hace falta llamarnos unos a otros, hacernos señas, como los pescadores, volver a considerarnos hermanos, compañeros de camino, socios de esta empresa común que es la patria”.
Ante intereses mezquinos o particulares, el Papa pidió unir fuerzas a favor del bien común, para “cargar a los más frágiles, promoviendo sus derechos”, ante lo cual es necesario compartir riesgos, dejar los propios egoísmos y, sobre todo “perder miedos que no vienen de Dios, que nos inmovilizan y retardan la urgencia de ser constructores de la paz, promotores de la vida”, concluyó Francisco.