Las ciudades alemanas de Münster y Osnabrück acoge desde ayer el encuentro interreligioso por la paz organizado por la Comunidad de Sant’Egidio. La notoriedad internacional de este movimiento católico es tal que la canciller Angela Merkel hizo una parada en su campaña electoral para respaldar este cita anual que busca fomentar el encuentro entre las distintas confesiones.
Y a Merkel no se la vio ajena a la cuestión. “Agradezco a Sant’Egidio su compromiso al creal los corredores humanitarios que ayudan a los refugiados a no caer en manos de traficantes”. Una vez más, Merkel defendió su apuesta por haber abierto las fronteras de su país a los refugiados de Oriente Medio, aun con el precio que esto le haya podido costar en las urnas. Es más, recordó al resto de líderes europeos que “debemos compartir a los traficantes de personas, sin escrúpulos y facilitar un acceso con garantías a Europa a quienes necesitan ser protegidos”.
Consciente de la permanente amenaza del terrorismo yihadista, la canciller hizo una llamada a todas los credos para ser signo de unidad frente a quienes manipulan el hecho religioso para justificar la violencia: “El diálogo entre religiones no sólo es posible, sino necesario”.
En Congreso Mundial de Bioética “no hay sobrantes”
Ha sido una apuesta en firme de los hermanos de San Juan de Dios. Su pasión en el servicio a los enfermos les ha llevado a organizar el I Congreso Mundial de Bioética bajo el lema “Espiritualidad, bioética y persona”. Con sede en El Escorial, donde no se escapa ninguno de los elementos clave para abordar la cuestión de frente, desde la razón, con el amparo de la fe y sin caer en respuestas fáciles a cuestiones que ya de por sí exigen algo más que una mirada superficial.
Desde la eutanasia al uso del big data, pasando por la crisis de los refugiados y su relación con el derecho a la vida, la gestión de los recursos económicos… Todos estos temas están sobre la mesa en este encuentro en el que participan más de 400 congresistas hasta el próximo jueves.
Hoy, en la puesta de largo, entre otros, ha tomado la palabra el cardenal arzobispo de Madrid, Carlos Osoro. Y lo ha hecho precisamente para ensalzar esta apuesta por el diálogo que siempre ha caracterizado a la Orden de San Juan de Dios, en su búsqueda de la verdad al servicio de los enfermos y heridos de nuestra sociedad. “Deseáis ofrecer a todos los hombres y mujeres que trabajan en el mundo de la salud, una mesa de diálogo y debate, reflexionando juntos en la toma de decisiones en situaciones a menudo complejas, tanto a gestores como a profesionales de la sanidad”, les ha explicado Osoro
“Sabéis muy bien que en este mundo ‘no hay sobrantes’, todos los seres humanos somos importantes y necesarios”, expresaba parafraseando al Papa Francisco.
“Cuidad de la fragilidad del mundo”, instó a los participantes el superior general de la Orden de San Juan de Dios, Jesús Etayo, a quienes recordó que “nuestro valor fundamental, nuestro imperativo ético es la hospitalidad”. Etayo subrayó cómo esta hospitalidad es global, inclusiva, una vía ancha para el diálogo. Lo contrario despersonaliza y crea una sociedad sin alma”. “La ética se debe medir desde la hospitalidad”, sentenció.
En esta jornada inaugural también destacó la intervención del filósofo y colaborador de Vida Nueva, Francesc Torralba que planteó cómo “la dignidad es inherente al ser humano, independientemente de sus rasgos, sus características o su desarrollo”. Frente a esto, lamentó cómo el término dignidad “se ha convertido en un adorno y por ello hemos de ahondar en su significado profundo e histórico”.
El hambre y Maduro se perpetúan en Venezuela
El hambre se cronifica en Venezuela, como la deriva hacia un régimen autoritario que desaparece de la escena internacional y con ello corre el riesgo de caer en el olvido. Una vez más. Por eso, Cáritas Venezuela alza la voz una vez más a través de la iniciativa “Ollas solidarias” que busca suministrar alimentos básicos a los sectores más castigados de la población: niños, adultos y enfermos.
Aunque fue lanzado en febrero, en este mes el Episcopado venezolano ha decidido redoblar sus esfuerzos para dar a conocer este proyecto, consciente de que la situación es cada vez más alarmante, como dan fe en la parroquia Epifanía del Señor de Caracas, donde cada día reparten más de 5.000 litros de sopa. Lamentablemente no llegan a cubrir las necesidades de tantos como se acercan. El hambre se perpetúa. Como Maduro.