El papa Francisco ha hecho un paréntesis en su ciclo de catequesis de los miércoles dedicadas a la esperanza cristiana, y hoy 13 de septiembre ha ofrecido una relectura de su reciente viaje a Colombia a los 13.000 peregrinos reunidos en la plaza de San Pedro.
Más allá de que su ojo está cada vez más oscuro debido al golpe que se dio en Cartagena el pasado domingo, el Pontífice ha agradecido la invitación a las autoridades colombianas y “a todos cuantos han colaborado para hacerlo posible, y muy especialmente al pueblo colombiano por su acogida, su alegría y su afecto”. “Es un pueblo alegre, a pesar del sufrimiento, y lleno de esperanza”; en este sentido, ha destacado cómo entre la muchedumbre “los padres levantaban a sus hijos con orgullo para que el Papa les bendijese”. Un pueblo capaz de tener hijos y capaz de mostrarlos con orgullo es un pueblo de esperanza, que tiene futuro”, ha señalado nuevamente.
Además, la tercera visita de un papa al país latinoamericano sigue “una continuidad fuertemente animada por el Espíritu, que guía los pasos del pueblo de Dios sobre los caminos de la historia”.
Bendecir el esfuerzo por la paz
Francisco ha explicado que esta visita –que llevaba por lema ‘Demos el primer paso’– “miraba al proceso de reconciliación que vive hoy Colombia para poder salir de 50 años de conflicto interno”. En este contexto, “con mi visita he querido bendecir el esfuerzo de ese pueblo, confirmarlo en la fe y en la esperanza, y recibir su testimonio, que es una riqueza para mi ministerio y para toda la Iglesia”, ha señalado Francisco.
“He podido contemplar los deseos de paz y de vida de tantos niños y jóvenes, en quienes exulta la esperanza”, ha destacado, señalando la “diversidad” que se vive en Colombia. Y ha indicado que se se reunió con los obispos colombianos y un grupo de representantes del CELAM “para alentar su labor”. A todos ha llevado “la bendición de la Iglesia”.
“Un pueblo herido camina en una vida nueva”
Francisco ha repasado la agenda del viaje haciendo algunos subrayados. “En la etapa culminante de mi viaje, Villavicencio, hemos oído el conmovedor testimonio de los mártires y hemos visto el cuerpo mutilado del Cristo de Bojayá –mutilado como su pueblo–. Esto nos ha recordado que la paz se funda, ante todo, sobre la sangre de testigos del amor, de la verdad, de la justicia y de la fe”, ha sentenciado. “Un pueblo herido que pueda resurgir para caminar en una vida nueva”, ha declarado en referencia a la reconciliación.
Ha hablado de su visita a diversas instituciones sociales y su encuentro con las nuevas vocaciones. Y de las etapas finales –Medellín y Cartagena de Indias, “la ciudad de san Pedro Claver, apóstol de los esclavos”–, Bergoglio ha asegurado que “el tema ha trascendido a la misión y al servicio, con ejemplos insignes de vocación y de seguimiento de Jesús, que hoy como ayer se entregan a los más pobres y se consagran a la promoción humana integral”.
Con la ayuda de la Virgen de Chiquinquirá, el Papa ha concluido deseando que “cada colombiano puede dar cada día el primer paso hacia su hermano, su hermana, y así construir juntos, día a día, la paz en el amor, en la justicia y en la verdad”.