El presidente de la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos (USCCB, por sus siglas en inglés) hizo un nuevo llamado a los obispos del país a llevar a cabo una colecta de emergencia, los días 23 y 24 de septiembre, para apoyar a los damnificados en algunas partes del Caribe y el sureste de Estados Unidos, ahora a causa del huracán Irma, que ha dejado más de medio centenar de fallecidos en ese país y el Caribe.
El cardenal Daniel N. DiNardo consideró, a través de una carta que hizo llegar a todos los obispos norteamericanos, que la colecta permitirá a las víctimas del huracán reconstruir sus viviendas y también apoyar en las tareas de reconstrucción de las iglesias destruidas o severamente dañadas en la región.
Dijo que la Iglesia es consciente de que el camino hacia la recuperación y la reconstrucción de las comunidades será largo y se necesitará apoyo adicional. Por lo pronto, esta colecta –dijo– será utilizada en las zonas afectadas para apoyar la ayuda humanitaria.
“Soy consciente de que esta convocatoria se produce después de la colecta de emergencia para el huracán Harvey, que causó daños catastróficos y nos obligó a responder”, dijo DiNardo, y recordó que la Iglesia siempre será un canal para la gracia y solidaridad en los desastres naturales, ya que ofrece consuelo y apoyo en sus consecuencias.
Sin embargo, finalizó, en esta ocasión, la misma Iglesia necesita una gran asistencia, pues muchas de sus estructuras “han sido dañadas y sus recursos agotados, lo que hace que sea aún más difícil proporcionar asistencia y ayuda pastoral a los necesitados “.
