En el año 2011, cuatro jóvenes alemanes, “hermanos de sangre y de espíritu”, iniciaron un coro en el marco de una campaña de oración contra la violencia en Ecuador, convencidos de que la música sacra también es “un arma espiritual contra las fuerzas del mal, que combate la fealdad del pecado y la violencia a través de la belleza y fe de Dios”.
En poco más de un lustro, Nikolai, Lucía, Mirjana y Marie-Elisée Gerstner han recorrido una gran cantidad de países implorando a Dios el don de la paz con su música. Y es que, como decía Santa Hildegarda de Bingen, Doctora de la Iglesia, ‘la música sacra es el último recuerdo que al hombre le queda del paraíso’.
En estos jóvenes no cabe la menor duda de que la música santa tiene la calidad de una oración más profunda, de una “doble oración”, como afirmaba san Agustín. “Es una expresión especial del amor de Dios hacia los hombres, que dispone al corazón humano para la intimidad con Él”, asegura para Vida Nueva Digital, Marie-Elisée, integrante de Harpa Dei.
La joven afirma que en este tiempo, la agrupación ha sido testigo de sanaciones interiores de muchas personas luego de entrar en contacto con la música sacra, lo que ha fortalecido su compromiso por continuar este apostolado, al grado de que han producido cuatro álbumes, cuyos títulos son: Música Sacra, Lumen de Lumine, Coronilla de la Misericordia y Salve, Virgen y Esposa, los cuales contienen música procedente de diversas partes del mundo, a excepción de la Coronilla de la Misericordia, que es la famosa oración adaptada con melodías propias de Harpa Dei.
Entre las canciones que han marcado la trayectoria de este coro, destaca el Padre Nuestro en arameo, por ser “el idioma en que nuestro Señor Jesucristo enseñó la oración a sus discípulos. Por eso viene a ser un canto muy significativo para todo cristiano”, asegura Marie-Elisée.
Destaca también una canción titulada Tilma de Guadalupe. “Hemos puesto como texto una parte de la conversación entre san Juan Diego y la Virgen de Guadalupe en lengua Náhuatl. Para Harpa Dei, se trata de una pieza muy especial porque los une de una manera única con la ‘Emperatriz de América’.
Otro canto que ha sido clave para Harpa Dei es el Trisagion en griego, proveniente de la tradición bizantina y que se caracteriza por una peculiar forma de cantar de los primeros cristianos helenistas, así como el famoso introito Salve, Sancta parens, dedicado a la Virgen María en latín.
A lo largo de su historia, este coro ha visitado varias veces México. Marie-Elisée apunta que siempre ha visto un pueblo abierto a la fe y a la música sacra, que cada vez es más consciente de cuán necesario es unirse en oración contra la violencia que se expande en México.
Agrega: “No podemos negar que la violencia criminal sigue siendo tremenda, al igual que la violencia familiar, así como el hecho de que México sigue estando infestado por la corrupción”. A pesar de todo esto –dice– tenemos la esperanza de que el pueblo mexicano podrá vencer todas esas crisis en la fe con la ayuda de la Santísima Virgen María.
PREGUNTA: ¿Las oraciones por la paz en México continúan?
RESPUESTA: Sí, pero las hemos ampliado con un aspecto más, que es la oración contra las influencias anticristianas que se están difundiendo por todo el mundo, y que incluso intentan penetrar en la Iglesia.
En este sentido, la joven relata que una de las mejores experiencias que ha tenido Harpa Dei fue un concierto navideño en Ciudad de Juárez, México, una de las ciudades más violentas del país, con un alto índice de feminicidios, en la que “sentimos una apertura muy grande, una hermosa conexión de corazones con nuestro público.”
Experiencias similares han tenido en Rusia, donde se les invitó a participar en un festival de música sacra ortodoxa. Recuerda: “El festival fue en Vaalam, una isla monástica en Rusia, que es uno de los centros espirituales más importantes de ese país. Fue bellísimo ver cómo la música sacra sirvió como puente ecuménico con los ortodoxos, que normalmente no suelen ser muy cercanos a los católicos, pero nos trataron con muchísimo respeto y cariño”.
“Otra experiencia preciosa –continúa– fue en Jerusalén, particularmente en la Iglesia del Santo Sepulcro, donde solíamos cantar nuestra liturgia de las horas en la cripta de Santa Helena, y así surgieron muchos contactos con personas del mundo entero y de diferentes denominaciones cristianas”.
Marie-Elisée confirmó que regresan a México, donde permanecerán un mes. “Por el momento nos encontramos en Ecuador, donde estaremos cantando en algunas iglesias de Quito. Pero después estaremos de vuelta en México, y tendremos un concierto en Querétaro el 26 de septiembre. También estaremos cantando en algunas parroquias de esa linda ciudad. Posteriormente estaremos en una gira que nos llevará a Orizaba y Tuxtla, Veracruz, así como a la Ciudad de México y a Durango… ¡y adonde Dios nos quiera llevar!”, concluye.