África

La Santa Sede alerta en la ONU sobre la deriva de República Centroafricana

  • Paul R. Gallagher, Secretario para las Relaciones con los Estados, pide en la última asamblea general en Nueva York aumentar el compromiso para resolver la crisis
  • Ante la hostilidad máxima que enfrenta a las milicias Seleka y Anti-balaka, el representante vaticano reclama la mediación de la comunidad internacional y ofrece un plan de acción integral





La Santa Sede está “muy preocupada” por el proceso de fuerte inestabilidad que se vive en la República Centroafricana y que se está acentuando en las últimas semanas, con las consecuencias que esto tiene especialmente para su población, expuesta a una gran vulnerabilidad. Así lo indicó Paul R. Gallagher, Secretario para las Relaciones con los Estados, en su intervención, el pasado martes 19, en la última asamblea general de la ONU, en Nueva York.

Gallagher recibió como una buena noticia la decisión de renovar el tiempo de presencia de los cascos azules en el país. Y es que la misión de la ONU, la MINUSCA, tiene el complejo objetivo de “restablecer la paz en la capital, Bangui, y neutralizar, en la medida de lo posible, las acciones de los grupos armados que infligen sufrimientos a las poblaciones indefensas”. Algo que, hoy por hoy, está muy lejos de resolverse en un plazo cercano.

El arzobispo británico recalcó que lo más urgente es defender “la dignidad de personas indefensas, para que garantice su seguridad personal y su libertad de movimiento”, así como “protegerlas de las agresiones armadas y de cualquier abuso o humillación que degradaría su dignidad humana”.

El representante vaticano llamó a “una dinámica sana entre las diversas fuerzas políticas”, algo que “solo puede lograrse mediante un diálogo sincero”. Un reto para el que se precisa la mediación de la comunidad internacional, pues las posturas tan enfrentadas entre las milicias Seleka (integradas en su mayoría por musulmanes) y Anti-balaka (que desatan la persecución contra los fieles al islam), además de causar estragos entre la población y generar oleadas de desplazados, parecen hacer imposible por sí mismo un proceso de diálogo interno.

Medidas concretas para una “renovación social, económica y política”

No obstante, Gallagher cree en la posibilidad de la “paz” y una “estabilidad necesaria” que acaben llevando al país a una auténtica “renovación social, económica y política”. Utopías aparte, dibuja un camino que tendría que incluir cuatro medidas concretas: un alto el fuego “entre todas las partes en conflicto”; la facilitación del desarme “de los diversos grupos, estudiando la mejor manera de reinsertar a sus miembros en la comunidad civil y democrática”; la garantía de que las víctimas reciban una restitución por parte de la Justicia”; y que se garantice “el retorno de migrantes y refugiados, tanto cristianos como musulmanes, que deberían poder tomar posesión de sus bienes y volver a una vida serena y tranquila”.

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