El papa Francisco ha continuado la tradición iniciada durante el pasado año jubilar de visitar algunas realidades eclesiales de frontera en los llamados “Viernes de la Misericordia”.
En esta ocasión, el 22 de octubre, ha visitado la Fondazione Santa Lucia de Roma, un centro especializado en la rehabilitación neurológica de pacientes con problemas en el movimiento y la función cognitiva. En esta fundación se patologías derivadas de ictus, lesiones medulares, párkinson o esclerosis múltiple.
Según ha informado la Oficina de Prensa del Vaticano, pues estas visitas que habitualmente se realizan con una periodicidad mensual con de tipo privado, el Papa ha llegado al centro situado a las afueras de Roma en la clásica Via Ardeatina en torno a las cuatro de la tarde. Desde su llegada al aparcamiento del complejo hospitalario se han sucedido los gestos de bienvenida y de recibimiento al Pontífice.
Ya en el centro fue recibido por la presidenta de la fundación, María Adriana Amadio, y el director general, Edoardo Alesse. Junto con un pequeño grupo de trabajadores, Francisco fue visitando las dependencias de la institución. Según las fuentes oficiales, la visita al departamento de rehabilitación infantil con enfermedades neurológicas ha sido el momento más emotivo de la visita. “El papa Francisco se detuvo y bromeó con ellos, después intercambió algunas palabras de apoyo con los padres que ayudaban en la rehabilitación de sus hijos”, se lee en la declaración. El papa se acercó a pacientes de entre 15 y 25 años tetrapléjicos y parapléjicos, debido a accidentes de tráfico.
También visitó el gimnasio dedicado a la rehabilitación de ancianos. Francisco “animó a todos a hacer ejercicio e hizo hincapié en lo importante que es la esperanza en el futuro” e invitó a confiar “en la investigación científica que hace grandes progresos en este campo”. El Papa concluyó su visita en la capilla del centro.
Este mismo viernes, en la misa de la mañana en la Casa de Santa Marta, el papa Francisco no ha hecho homilía, según informó L’Osservatore Romano. En su lugar ha invitado a todos a hacer un momento de oración y silencio “por todas las mujeres explotadas, humilladas y maltratadas, para que siempre encuentren en la Iglesia un lugar de acogida y de sincero respeto”.
Las lecturas de la liturgia del día inspiraron, por su parte, las oraciones de los fieles. Precisamente dos de las peticiones han sido oraciones por las mujeres “para que vivan en el contexto social y eclesial en libertad y armonía, expresando la riqueza específica de su ser” y para que representen “el rostro materno y humano de Dios para la humanidad de nuestro tiempo”.