La Congregación para la Educación Católica ha presentado este viernes, 22 de septiembre, en el Vaticano el documento “Educar al humanismo solidario. Para construir una civilización del amor 50 años después de la Populorum progressio”. Un texto, firmado por el prefecto del dicasterio, el cardenal Giuseppe Versaldi, y por el el secretario, Angelo Vincenzo Zani, que ofrece las líneas generales para una “educación al humanismo solidario”.
El documento, que en breve está disponible en la web de la Fundación Pontificia “Gravissimum educationis” llegará próximamente a las 215.000 escuelas y a las 1.760 universidades católicas de todo el mundo, a través de las conferencias episcopales.
Humanizar la educación
El documento parte de la encíclica de Pablo VI Populorum progressio, porque “puede ser considerada como el documento programático de la misión de la Iglesia en la era de la globalización”. Con este trasfondo y la propuesta de “Iglesia en salida” del papa Francisco, los contenidos del “humanismo solidario tienen necesidad de ser vividos y testimoniados, formulados y transmitidos en un mundo marcado por múltiples diferencias culturales, atravesado por heterogéneas visiones del bien y de la vida y caracterizado por la convivencia de diferentes creencias”, se señala en la introducción.
A lo largo de 31 puntos, el documento describe la situación actual y establece algunas líneas que deben marcar la pedagogía actual de inspiración cristiana como son la “humanización de la educación”, la “cultura del diálogo”, la “globalización de la esperanza”, la importancia de caminar “hacia una verdadera inclusión” y “establecer redes de cooperación”.
La educación, en el corazón de la Iglesia
El documento concluye señalando una serie de prospectivas en las que se reafirma que “la educación escolar y universitaria estuvieron siempre en el centro de la propuesta de la Iglesia Católica en la vida pública”, con lo que apunta que, hoy, “tiene todavía la responsabilidad de contribuir, con su patrimonio de verdades y de valores, a la construcción del humanismo solidario, para un mundo dispuesto a actualizar la profecía contenida en la encíclica Populorum progressio”.
Por ello, el texto invita a todos los educadores “a vivir con dedicación y sabiduría” los principios propuestos y que son fruto de la reflexión pedagógico de las últimas iniciativas eclesiales.
“Los temas y los horizontes para explorar —a partir de la cultura del diálogo, de la globalización de la esperanza, de la inclusión y de las redes de cooperación— solicitan ya sea la experiencia formativa y de enseñanza que las actividades de estudio y de investigación. Será necesario, por lo tanto, favorecer la comunicación de dichas experiencias y los resultados de las investigaciones, con la finalidad de permitir que cada sujeto comprometido en la educación al humanismo solidario comprenda el significado de su propia iniciativa en el proceso global de la construcción de un mundo fundado sobre valores de solidaridad cristiana”, concluye el documento.
Cultura del encuentro y del diálogo
Durante la presentación el prefecto ha señalado que es “urgente y necesario humanizar la educación, favoreciendo una cultura del encuentro y del diálogo”, para lo que ha pedido que se “globalice la esperanza”.
Para el secretario de la congregación, el documento pretende “actualizar el pacto educativo entre las generaciones” y reivindica la importancia de la “formación de los formadores” para garantizar una educación “no selectiva sino abierta a la solidaridad”.