La Oficina de Prensa del Vaticano ha emitido un comunicado en el que muestra su “sorpresa” por las declaraciones a varios medios italianos de Libero Milone, primer auditor general de finanzas de la Santa Sede, que dimitió de su cargo el pasado 19 de junio. El economista italiano, que llevaba dos años en el cargo, ha asegurado que su dimisión se produjo bajo intimidación y amenazas de detención.
El Vaticano ha señalado además, que el antiguo funcionario pontificio ha roto su acuerdo de confidencialidad. Así “queda quebrantado el acuerdo de mantener en secreto los motivos de su dimisión”, se lee en el comunicado. Además, la nota confirma que el revisor de finanzas se “excedió en sus competencias” ya que investigó de forma ilegal a través de “una sociedad externa” la vida privada “de algunos exponentes de la Santa Sede”.
“Esto, además de constituir un delito, ha irremediablemente mermado la confianza en el señor Milone, el cual, ante su responsabilidad, aceptó libremente ofrecer su dimisión”, ha rebatido el Vaticano frente a la intimidación declarada por el auditor. El comunicado asegura, además, que “las investigaciones fueron conducidas con todo escrúpulo y respeto”.
Las razones de la dimisión
Holandés de nacimiento, Libero Milone, de 69 años, antes de ser Revisior General de Cuentas del Vaticano había sido dirigente de la consultora Deloitte, siendo el primero en ocupar este encargo de auditor general de cuentas dentro de la Prefectura de Asuntos Económicos. Estuvo en el cargo dos años y fue recibido con gran satisfacción por su perfil técnico de laico que había trabajado para firmas como Telecom o Fiat.
El nombre de Milone apareció también entro los documentos filtrados en el Vatileaks 2, que revelaron que en octubre de 2015 presentó una denuncia ante la Gendarmería vaticana tras haber sido atacado su ordenador personal.
En la nota difundida por el Vaticano tras su dimisión se señala que el papa Francisco la había aceptado, “terminando así, de común acuerdo, la relación de colaboración” con el Vaticano. No se hacía entonces ninguna referencia a los motivos de tal dimisión.
Meses después, en diversos medios como el diario “Il Corriere della Sera”, el gestor económico denuncia la agresividad que ejercieron hacia él miembros de la Gendarmería vaticana tras confirmarle de que no “contaba con la confianza del Papa”. En concreto ha relatado que el comandante Giandomenico Giani le amenazó con gritos para que confesara unos supuestos delitos, de los que se ha desmarcado. Asegura que fue acusado de desvío de capitales y de buscar informaciones de algunos miembros clave del organigrama de la Santa Sede.
Milone ha defendido en los medios su inocencia y se siente “víctima de un montaje” del que ha informado al papa Francisco, aunque no ha obtenido respuesta.