Luz Casal presta su voz a los misioneros en el Domund 2017

La cantante Luz Casal, en una imagen de archivo/EFE

 

Desde hace seis años, Obras Misionales Pontificias (OMP) busca que su principal campaña para respaldar a los 13.000 misioneros españoles repartidos por los cinco continentes tenga un vínculo y compromiso con la opinión pública. Una iniciativa de inmersión social que se plantea, entre otras iniciativas, a través del pregón que precede a la fiesta del Domund, que se celebrará el próximo 22 de octubre.

Si el año pasado la responsable fue Pilar Rahola en la Basílica de la Sagrada Familia, en esta ocasión toma el testigo Luz Casal, que pronunciará el pregón el 10 de octubre en la catedral de Santiago de Compostela. El Obradoiro se hará eco de las palabras que dedicará la cantante gallega, que estará arropada por el arzobispo de Santiago, Julián Barrio.

Un acierto más de OMP a la hora de apostar por rostros reconocibles como embajadores de la impagable labor evangelizadora y social de la Iglesia fuera de nuestras fronteras.  “Es necesario salir de las sacristías”, defiende el director de esta Obra Pontificia, Anastasio Gil.  Y con este tipo de iniciativas, se certifica que no solo es posible, sino recomendable.

El PSOE respalda a Podemos para acabar con los acuerdos Iglesia-Estado

El PP hizo que se desestimara la petición de Podemos para derogar los Acuerdos Iglesia-Estado a través del Senado. Los 145 votos en contra del Partido Popular se impusieron en la Cámara Alta frente la propuesta de partido de Pablo Iglesia que solicitaba al Gobierno “medidas para garantizar adecuadamente la aconfesionalidad del Estado, prevista en el artículo 16.3 de la Constitución”.

Podemos contó con el respaldo del PSOE de Pedro Sánchez, entre otros, sumando así 87 votos a favor, además de 8 abstenciones. ¿El argumento de los socialistas? La necesidad de una nueva ley de libertad religiosa, tal y como apuntó el senador Francesc Antich. Norma que, por otro lado, tuvieron la oportunidad de sacar adelante durante el Gobierno de Rodríguez Zapeto. En un cajón se quedó. Hasta hoy.

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