Pese a todos los pronósticos y a la expectativa de la gente, el director de la Sala de Prensa de la Santa Sede y vocero papal, Greg Burke, confirmó que Francisco no visitará en 2018 su país natal: “El Papa no va a ir a la Argentina en el 2018, no está previsto que viaje a su país el año próximo”. En seguida, para despejar dudas, el estadounidense a cargo de la difusión de la información oficial del Vaticano recordó que la agenda de viajes del Papa para el año que viene incluye Chile y Perú en enero, e Irlanda para el Encuentro Mundial de Familias, en julio, y aseguró nuevamente: “no está prevista la Argentina”.
Durante las últimas semanas a muchos argentinos le renació la esperanza de que Bergoglio los visitara. Y esto no es casualidad, sino que afirmaciones del presidente de la Conferencia Episcopal Argentina (CEA) y arzobispo de Santa Fe de la Vera Cruz, José María Arancedo, y del cardenal primado y arzobispo de Buenos Aires, Mario Poli, fueron tomadas por los medios que enseguida hicieron correr, como reguero de pólvora, la posibilidad de que el Sumo Pontífice visite su país el año próximo.
En el programa Caminos de encuentro, producido por la Oficina de Prensa de la CEA a través de Radio María Argentina, Arancedo comentó: “No hay una agenda preparada, pero yo me animaría a decir que está cerca. Dios quiera que sea el próximo año”. Y continuó: “Él quiere venir, pero el momento forma parte de su silencio y hay que respetarlo. Tiene una agenda muy cargada internacionalmente. Tal vez por ser tan cercano tenga esa libertad de decirnos ‘espérenme’”.
Luego, Poli dijo que “los obispos argentinos lo hemos invitado cinco veces por carta y personalmente”, y aseguró, según su parecer, “estamos próximos a esta visita”.
Después de conocer esta información oficial vaticana, a los argentinos no le queda más que seguir esperando que el papa Francisco haga un lugar en su agenda –si quiere y puede– para visitarlos.
