La generación del banco vacío: tienen voz, piden voto

Ahora hablan ellos. Los jóvenes quieren tomar decisiones en la Iglesia. Quieren ser acompañados. Y, sobre todo, escuchados. Se acabó el ser meros oyentes.

Estas son las principales conclusiones que pone sobre la mesa el adelanto de los resultados del cuestionario online propuesto por la Santa Sede para analizar la realidad de los millennials, según desveló el cardenal Lorenzo Baldisseri, secretario del Sínodo. Hasta hoy, cuando apenas resta un año para el acontecimiento eclesial que pondrá a los jóvenes en el foco de debate de la Iglesia universal, 130.000 jóvenes han respondido a través de la web. No obstante, la plataforma está activa hasta noviembre, y las conferencias episcopales están ultimando los informes con los resultados de las Iglesias locales. (…)

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A la espera del macroestudio sobre la juventud que está terminando de cocinar la Conferencia Episcopal Española (CEE), con los resultados de los cuestionarios enviados por las diócesis, movimientos y demás instituciones de Iglesia, Vida Nueva ha querido tomar el pulso a los jóvenes y a la Iglesia en nuestro país a través de los informes elaborados por varias realidades eclesiales.

Según los datos adelantados por Baldisseri, “los jóvenes perciben a la Iglesia como un espacio de prohibición”. ¿También en España?

¿La Iglesia os escucha? “No lo suficiente”

El diálogo es la asignatura pendiente. Hablar, sí, pero escuchar, también. ¿La Iglesia os escucha? “No. O no lo suficiente”. Contundente es la respuesta enviada a la CEE por parte de la Juventud Obrera Cristiana (JOC), tras recoger el sentir de 1.200 jóvenes de todo el territorio nacional de entre 16 y 29 años. Y subraya: “Nos escucha cuando le interesa, y siempre como agentes pasivos, sin darnos realmente protagonismo”. Según sus conclusiones, a las que ha tenido acceso esta revista, “no hay suficientes espacios para sentirnos escuchados, y en los espacios que hay, no nos sentimos protagonistas”.

Pero ¿ponen los jóvenes de su parte? “No lo suficiente, porque no encontramos espacios en los que hacerlo. No sabemos cómo, y cuando lo hacemos se nos presentan muchos obstáculos y no nos sentimos motivados para participar”, recogen. Asimismo, añaden: “En algunas ocasiones, se denota indiferencia hacia la juventud. A la hora de que un grupo se reúne con un obispo, este se dirige la mayoría de las veces al cura que acompaña o, en todo caso, a alguno de los varones”.

Es por ello que la Iglesia suspende a la hora de ponerse a la escucha de los jóvenes: 4 sobre 10. Insuficiente. (…)

Otro problema: la poca preparación

No distan mucho los resultados obtenidos por la Diócesis de Teruel y Albarracín, que ha estrenado obispo en el último año. Además, Antonio Gómez Cantero ha estado siempre involucrado en la realidad juvenil. Siendo experto en el contacto de tú a tú con la generación selfie y sabedor del protagonismo que necesitan en la Iglesia, tras una peregrinación les dejó el encargo de rellenar el cuestionario. A solas. Para no coartarles. Y sus reflexiones han sido enviadas a Añastro. Sin edulcorar.

¿La ventaja de que sea una diócesis pequeña? “Que el trato es casi familiar, por lo que conocemos sus vidas, a sus familias, y nos permite un contacto estrecho con ellos, hablamos con asiduidad, y, con confianza, en muchas ocasiones y de forma voluntaria piden hablar de sus problemas con nosotros”, señalan desde la Delegación de Juventud.

La misma fuente apunta un problema principal a la hora de llegar a más jóvenes: la poca preparación de los agentes de pastoral. “Los que hay son comprometidos, pero este es uno de los grandes retos”, indican. (…)