Al participar en el XX Aniversario de la Universidad del Noreste de México, en la Diócesis de Matamoros, el representante del papa Francisco en México, monseñor Franco Coppola, destacó la solidaridad que se ha generado entre los mexicanos tras los huracanes y sismos que han azotado al país en las últimas semanas.
Coppola, quien estuvo acompañado por el obispo de Matamoros, Eugenio Lira Rugarcía, reconoció que a pesar de los múltiples problemas que se tienen en el territorio nacional, ante la desgracia, México ha demostrado ser un país “fuerte”.
Destacó el voluntariado y las muestras de solidaridad social: “Me llamó mucho la atención que miles y miles de jóvenes salieron de sus hogares, y mano con mano, levantaron escombros con la firme y única intención de ayudar al prójimo y sin recibir nada a cambio”.
Explicó que fue la misma sociedad la que inmediatamente llegó a los inmuebles colapsados para ayudar en el rescate de las personas atrapadas bajo los escombros, generando esperanza y demostrando que es una sociedad “esplendorosamente sana”.
Frente a las voces que aseguran que la Iglesia no está trabajando debidamente en la emergencia, el Nuncio Apostólico, consideró: “Mucho se dice que la Iglesia no ayuda, pero no es cierto, yo vi a muchos sacerdotes y vicarios que salieron para estar con sus fieles en los momentos más difíciles, pero no quisieron que los reflectores de las cámaras voltearan a verlos”. No obstante, dijo que tal vez haya habido algunos (sacerdotes) que no cumplieron con su trabajo de ayudar a quienes lo necesitaban.
También recordó que México recibió inmediatamente las palabras de aliento del propio papa Francisco, quien en la Plaza de San Pedro, en Roma, puso a todos los mexicanos bajo el manto de la Virgen de Guadalupe, así como dio un donativo económico que será destinado principalmente a los lugares más afectados de Oaxaca y Chiapas.
Finalmente, lamentó que durante los recientes desastres naturales muchas iglesias, consideradas como patrimonio histórico y cultural, hayan sufrido severos daños, pero confió en que el Estado, como dueño de los inmuebles, colabore en la reconstrucción de los mismos.