Convocados por el Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM), 43 laicos y laicas, religiosas, sacerdotes y obispos –incluyendo algunos laicos y sacerdotes indígenas– se reunieron en Asunción (Paraguay), entre el 18 y el 23 de septiembre, en torno al VI Simposio de Teología India.
Los participantes, provenientes de Argentina, Bolivia, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, Estados Unidos, Guatemala, México, Panamá, Paraguay y Perú, centraron sus reflexiones en torno a la triada temática ‘Trinidad, familia y pueblos originarios’.
Una de las participantes, la religiosa laurita Ayda Orobio Granja, compartió con Vida Nueva que “el mayor avance de este simposio ha sido el ambiente sereno y de escucha atenta que se vivió, lo cual fue muy valorado por los teólogos y teólogas que vienen participando desde los primeros simposios, donde se presentaban posiciones radicales que dificultaban la escucha mutua y la reflexión”.
La religiosa también resaltó “la mentalidad y los aportes del papa Francisco, que permiten sentir confianza y respaldo al presentar propuestas desde la cosmovisión indígena”.
De las conclusiones del VI Simposio de Teología India –a las cuales tuvo acceso Vida Nueva– brotan algunos desafíos para continuar avanzando:
Al reconocer y descubrir “la importancia de las experiencias religiosas de todos los pueblos indígenas, es urgente avanzar en un proceso de diálogo intercultural e interreligioso” que produzca un enriquecimiento mutuo, “teniendo en cuenta que nuestras teologías no son completas ni definitivas”.
Por otra parte, “es tiempo de promover las teologías interculturales e interreligiosas, como proceso para la elaboración de las teologías indígenas”.
Otro de los acentos tiene que ver con las dinámicas de evangelización de los pueblos originarios. “Evangelizamos en la medida que somos evangelizados”, reconociendo, además, que “en cada una de nuestras formas de vivir la fe en Dios y en su expresión en los diferentes pueblos, debemos estar abiertos a enriquecernos y a enriquecer a otros”.
“Los pueblos originarios, contemplativos y místicos, corren el riesgo de ir perdiendo estos valores por las amenazas de la globalización neoliberal”. Defender las identidades y las espiritualidades de los pueblos indígenas es un imperativo, sobre todo si se considera que “en los nuevos espacios de convivencia, son las que llevan a la conexión con las raíces ancestrales”.
Si por una parte la teología india reconoce la necesidad de “profundizar y asumir el Magisterio de la Iglesia, que da luces para nuestro caminar”, también se hace necesario “usar las herramientas de las diversas teologías cristianas para dar carta de ciudadanía dentro de la Iglesia a las teologías indígenas”.
Por último, es preciso “continuar elaborando nuestro quehacer teológico desde la cruz y desde las víctimas, como fuerza y resistencia”, particulamente en este cambio de época que exige “discernir los signos de los tiempos, para poder responder a los nuevos interrogantes teológicos”.
Asimismo “es prioritario tomar en cuenta el aspecto generacional” en los encuentros y en los procesos de reflexión de teología india.