Más de 80 países en el planeta reconocen en sus leyes una religión oficial o favorecen a uno o varios grupos religiosos sobre otros. Es la conclusión a la que llega el informe más reciente del centro de investigaciones Pew Research Center después de analizar 199 estados. Así, uno de cada cinco naciones (22%) del mundo contaría con una religión estatal oficial mientras que una proporción similar (20%) favorece a un credo concreto. La mayoría de los países, esto es, el 53%, entrarían dentro de la denominación de estados laicos. También resulta significativo que un 5% -10 naciones en total- en el planeta se muestren oficialmente hostiles y restrictivas frente a cualquier institución religiosa, entre las que se encuentra China o Cuba.
En este mapamundi de las relaciones de los Estados con las confesiones el informe detalla que países tan dispares como Irán o Reino Unido, entraría en ese primer grupo de naciones donde una determinada religión cuenta con un estatus legal a un determinado credo, otorgando al colectivo que representan beneficios no disponibles para otras religiones. Así, el Islam es la religión oficial en 27 de los 43 países que formarían parte de este grupo, concentrados en Oriente Medio y África del Norte, a los que hay que unir Pakistán, Bangladesh o Malasia. En el caso de países con el cristianismo como credo reconocido se encuentran Dinamarca, República Dominicana o Zambia.
Otro segundo grupo sería el formado por naciones en los que, sin estar reconocido en su Constitución, si cuentan con determinados beneficios fruto de acuerdos concretos. En este marco Pew Research Center incluye como ejemplo a Italia y España con respecto a la Iglesia católica. Así, el cristianismo estaría favorecido en siete de cada diez de este tipo de países.
Un último sector lo configurarían los países sin religión oficial, caso de Estados Unidos y Brasil, que cuentan con constituciones explícitamente laicas. Sin embargo, el informe aclara que esto no significa que, de facto, no haya grupos que reciban beneficios tangibles por parte del Gobierno. Una aclaración más que indispensable. Basta con echar un vistazo a la ceremonia de juramento de cargo de los presidentes norteamericanos…
Paglia ensancha el concepto “provida”
Es una demanda creciente entre quienes tienen trabajada e interiorizada la Doctrina Social de la Iglesia. El concepto provida no solo se refiere a la defensa de la vida ante el aborto o la eutanasia. En más de una ocasión lo ha dejado caer el Papa y hoy lo ha reivindicado el presidente de la Academia Pontificia para la Vida Vincenzo Paglia, que ha reclamado que ser provida es “defender la vida siempre, de todos modos y en cualquier lugar”, refiriéndose en concreto a todas aquellas personas que ven amenazados sus derechos y por tanto su existencia, poniendo como ejemplo a los migrantes
Así lo ha manifestado ante el primer congreso sobre el suicidio asistido que se celebrará en noviembre en la Santa Sede, apuntando que “el concepto de vida no debe entenderse como un universal abstracto, se expresa en las personas humanas, en diferentes edades en las que crece y en los lazos generacionales”, haciendo hincapié en el concepto de ecología integral que el Papa acuñó en Laudato Si’.
La vida contemplativa catalana pide a los políticos que “busquen soluciones”
Con los abades de Poblet y Monserrat al frente, los monasterios catalanes se han sumado a la condena del uso de la violencia el pasado 1 de octubre, como lo hicieran tanto el cardenal arzobispo de Barcelona, Juan José Omella, como el presidente de la Conferencia Tarraconense y arzobispo de Tarragona, Jaume Pujol.
Los religiosos contemplativos califican en un comunicado de “deplorable” la situación vivida a la vez que advierten de que “la hora que vive Cataluña es cada vez más delicada”. “Rezamos porque los políticos busquen soluciones y no dejen enquistar un problema que por la fuerza o con posiciones maximalistas, solo se agrava. Rezamos más que nunca por la paz social y el respeto a los derechos individuales y colectivos de todos y cada uno de los ciudadanos”, aseguran monjes y monjas en un texto en el que aseguran que “el movimiento político y social catalán ha sido siempre inmensamente y mayoritariamente pacífico y querer pararlo con la violencia no es nunca justificable ni proporcionado”.