Entrevistas

Jaume Pujol: “A Rajoy y Puigdemont les diría: no es hora de pasividad ni de engaños”





No son tiempos fáciles. Así se vive también en el seno de la Iglesia catalana. Tras la cita del 1 de octubre, el presidente de la Conferencia Episcopal Tarraconense y arzobispo de Tarragona, Jaume Pujol, relata a Vida Nueva cómo está viviendo la situación y recuerda que no es el papel de los pastores “ser hombres de parte”. El prelado evita pronunciarse políticamente porque como obispo “hemos de tener los brazos abiertos a todos”. No obstante, envía un mensaje a Mariano Rajoy y Carles Puigdemont: “No es hora de pasividad ni de engaños”.

PREGUNTA.- ¿Cómo ha vivido la histórica jornada del 1-O?

RESPUESTA.- Muy preocupado, naturalmente. Desde primera hora estuve rezando a la Reina de la Paz, la Virgen. Los obispos habíamos pedido oraciones y he procurado aplicármelo. Luego, a lo largo del día, al ir conociendo las noticias tan preocupantes y viendo las escenas de violencia, he querido enviar dos mensajes por Twitter: “Se ha de encontrar una salida pacífica y democrática. Encomendémoslo al Dios de la paz” y “La situación de violencia que vive hoy Catalunya es deplorable. Es preciso que se detengan la violencia y los enfrentamientos, y encontrar una salida”. Necesitaba decirlo otra vez.

P.- La Iglesia, en otros momentos destacados de la historia, ha ayudado a tender puentes. ¿Qué puede hacer hoy una Iglesia que se ha contagiado del clima polarizado en el que está sumida la sociedad?

R.- En primer lugar, conviene recordar que la Iglesia es la Iglesia universal. Allá donde se encuentre, hace presente a Jesucristo, al mismo Jesucristo. Así pues, no se puede decir que la Iglesia se haya contagiado de ese clima. Además, los pastores hacemos presente a Jesucristo y hemos de tener los brazos bien abiertos a todos, sean del color político que sean. Es verdad que somos hombres y no es fácil mantener siempre esa neutralidad, sobre todo cuando se están viviendo tensiones emocionales tan fuertes en el ambiente del propio entorno como se están viviendo aquí. De todos modos, hemos de evitar ser hombres de parte, incluso en causas que uno considere justas. No nos toca a nosotros. (…)



P.- ¿Qué le diría a Rajoy?¿Y a Puigdemont?

R.- A los dos les diría que, como gobernantes que son, tienen la obligación de hacer todo lo que sea necesario hasta encontrar una salida satisfactoria al conflicto. Aunque la decisión dependa del pueblo, ellos son los que han de buscar las fórmulas, con realismo y creatividad, para que se alcance pronto la paz. Pero una paz (así lo pido a Dios) que ha de ser duradera, en la que nadie pretenda dominar sobre nadie, que devuelva la fraternidad y la convivencia, y evite de una vez por todas que se llegue a estos extremos. Desde luego, para ellos no es hora de pasividad ni de engaños. Se encuentran ante el momento más noble de la política (lograr la paz para el pueblo) y han de estar a la altura de las circunstancias. Apelo a su conciencia y a su prudencia. (…)

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