Día de la Hispanidad, Día de la Raza, Día de la Diversidad… con estas y otras nominaciones se celebra el 12 de octubre en América Latina.
¿Qué representa esta fecha en el imaginario y en las búsquedas de los pueblos? ¿Qué implica conmemorar hoy los encuentros (o desencuentros) entre distintas etnias, identidades y culturas? En torno a estas interpelaciones, Vida Nueva dialogó con un joven teólogo argentino, con una teóloga boliviana –perteneciente a la cultura aymara–, y con un teólogo uruguayo de mayor experiencia.
NuestrAmérica
“Pensando en la memoria del 12 de octubre, en América Latina hemos transitado por caminos diversos”, comenta Francisco Bosch, un joven teólogo laico argentino, egresado de la maestría en teología latinoamericana de la Universidad Centroamericana ‘José Simeón Cañas’ de San Salvador, apasionado por “la teología narrada por el pueblo pobre en comunidad”.
“Hemos venido dando pasos hacia lo que José Martí llamó NuestrAmérica”, dice Bosch, “donde todos los que vivimos, caminamos, sufrimos y tenemos esperanza, en comunidades pequeñas decimos qué es nuestro y qué es lo nuestro latinoamericano, propiamente”. En este sentido, “una manera de recordar este 12 de octubre conlleva a recrear la vida desde las comunidades, con sus esperanzas, para ir pariendo una NuestrAmérica distinta”.
Memoria de la resistencia
Para Sofía Chipana Quispe, teóloga aymara que acompaña pastoralmente varias comunidades andinas en Bolivia, “el 12 de octubre, más que una celebración, significa la memoria de la resistencia”.
Al recordar los clamores de los pueblos originarios, la teóloga boliviana expresa que “han pasado más de 500 años y los pueblos indígenas, en una fecha como hoy, rememoramos la resistencia de nuestros ancestros y de nuestras ancestras, que se negaron a perder sus identidades, sus espiritualidades y sus territorios. Por eso para mí, es el día de la resistencia”.
Procesos de descolonización
Desde la perspectiva de Pablo Bonavía, párroco en una zona suburbana del barrio La Cruz de Carrasco, en Montevideo, y profesor de la facultad de teología de Uruguay, “no se puede olvidar que el 12 de octubre también evoca el desencuentro entre una cultura que se consideraba superior y que de alguna manera terminó aplastando a las culturas originarias, y, al mismo tiempo, representa el desafío de construir vínculos personales y sociales exentos de colonialidad”.
A partir de esta doble mirada, el teólogo uruguayo considera que “el 12 de octubre es un día de reflexión y de interpelación, en el sentido de que para humanizar la sociedad y para evangelizar, necesitamos procesos de descolonización mental, cultural, económica y política”.