La Peregrinación Varonil 2017 de la Arquidiócesis de Morelia a la Basílica de Guadalupe coincidió este miércoles con la celebración del Día Internacional de la Niña, por lo que el arzobispo Carlos Garfias Merlos aprovechó la ocasión para hacer un llamado a las autoridades de gobierno y a la sociedad civil a velar en todo momento por los derechos de las niñas, especialmente de aquellas que viven en la pobreza extrema.
A los pies de la Virgen de Guadalupe y ante cientos de peregrinos morelenses que llegaron al santuario mariano a pie o en bicicleta, Garfias Merlos pidió reconocer los derechos de las niñas, y ser conscientes de los problemas, como la discriminación y la violencia, que éstas enfrentan en muchas comunidades mexicanas.
“En este Día Internacional de la Niña –pidió el Arzobispo– centremos la atención en la necesidad de abordar los desafíos que enfrentan las niñas y promover el cumplimiento de sus derechos humanos”, pues sólo así se les podrá dar educación y servicios de salud de calidad, poner fin a la discriminación y a la violencia contra ellas y eliminar las prácticas nocivas.
Monseñor Garfias pidió ser “voz de las niñas que viven en la pobreza extrema; de las que viven en las zonas rurales aisladas; de las que tienen discapacidad; de las niñas de las comunidades indígenas”, e hizo un llamado a las autoridades civiles, organizaciones e instituciones sociales, familias y a toda la sociedad civil, para que las niñas reciban siempre una apropiada protección y que su bienestar esté siempre asegurado, para que no tengamos nunca forma alguna de esclavitud, que no sufran maltrato”.
“Que cada niña –concluyó el Arzobispo– goce el derecho a la escolarización y a la educación, para que su crecimiento se produzca de forma serena y que puedan mirar al futuro con ilusión, esperanza y confianza”.
Carlos Garfias expresó también la solidaridad de la Iglesia de Morelia a todas las personas que sufrieron las consecuencias del terremoto del 19 de septiembre: “a todos los afectados expresamos nuestra cercanía y sentido afecto. Nos sentimos hondamente apenados por las víctimas y heridos, así como por los daños materiales y cuantiosos desplazados en las distintas ciudades, especialmente en esta Ciudad de México. Pido a Dios que otorgue el eterno descanso a los fallecidos, consuele a los afectados por tan lamentable desgracia e inspire en todos sentimientos de esperanza para afrontar dicha adversidad, que María sea consuelo, fortaleza, esperanza y luz para todos”.