El obispo de Tumaco exigió a los entes de investigación y control esclarecer lo ocurrido el 5 de octubre en la vereda Tandil, de su jurisdicción, cuando seis personas murieron y más de veinte resultaron heridas, mientras protestaban por la erradicación forzada de coca.
La Policía Nacional responsabilizó del crimen a un grupo disidente de las FARC; pero múltiples versiones de campesinos de la región han sostenido que fueron hombres de la Fuerza Pública quienes dispararon contra los manifestantes.
A través de un comunicado, Monseñor Orlando Olave llamó la atención sobre la agudización de la violencia en el Pacífico nariñense. Incremento de muertes selectivas, control social de grupos armados ilegales, desapariciones, desplazamientos forzados, reclutamiento de jóvenes, son exprsiones de este fenómeno, según la voz de alarma del prelado.
El obispo recalca la situación de abandono estatal y marginación del municipio con más cultivos de coca en el país: “un escenario apropiado para que se enquisten todos los grupos armados al margen de la ley, beneficiando la corrupción que ha galopado y ganado terreno en muchas de nuestras instituciones”.
Calificó al narcotráfico como una “estructura de pecado” que ha echado raíces en el diario vivir, “corrompiendo corazones, dañando familias, ilusionando a nuestros jóvenes, destruyendo proyectos de vida y arrasando los recursos naturales”.
Con todo, el obispo eleva un mensaje de esperanza, invitando a los creyentes a asumir su responsabilidad en la transformación del orden social del municipio. “Cuando el cielo está completamente nublado, es una bendición quien sabe hablar del sol”, palabras del papa Francisco, con las cuales monseñor Olave concluye su comunicado.
(Foto: CEC)