La carmelita vedruna Lola Arrieta, del Equipo Ruaj, ha centrado su aportación en las Jornadas de Pastoral Juvenil Vocacional de CONFER en “aquel que acompaña sale al encuentro y regala preguntas de vida para andar el camino”. A partir de las grandes tradiciones espirituales, desde el monaquismo oriental a santa Teresa de Ávila o Francisco de Asís o Ignacio de Loyola, ha definido el acompañamiento como “un modo de diálogo permanente entre compañeros y compañeras para acoger la vida, acompañando la vida”, hecho con un un “enfoque integral, es decir, aquel que apunta a lo esencial de nuestra vida, la búsqueda y el querer de Dios, teniendo en cuenta los contextos y las culturas”.
Perfil del acompañante
La religiosa ha recogido unas palabras del papa Francisco a los Institutos de Vida Religiosa en las que reclama “hermanos y hermanas expertos en los caminos de Dios, para poder hacer lo que hizo Jesús con los discípulos de Emaús: acompañarlos en el camino de la vida y en el momento de la desorientación y encender de nuevo en ellos la fe y la esperanza mediante la Palabra y la Eucaristía”. Desde este planteamiento, “el acompañamiento está llamado a ser mediación para liberar la libertad de cada persona y alcanzar la vida plena en Cristo”.
Aunque el punto de partida de todo acompañamiento es, para Arrieta, “escuchar lo que pasa en los contextos, escuchar a los jóvenes con los que tratamos, escuchar”. A partir de la experiencia, la religiosa ha señalado que “casi todos los acompañantes insisten en la idea siguiente: ‘se acercan si tú mismo haces algún gesto de acercamiento, si te interesas por ellos, si sales a su encuentro, si te perciben accesible’. Y otra idea importante: a veces, estas conversaciones fortuitas, pueden ser la puerta de entrada para el acompañamiento”, aunque también señaló que muchas veces los jóvenes “demandan un encuentro puntual, pero no entrar en un proceso continuado”, algo que solo se valora cuando se conoce en profundidad.
Pan, Palabra y proyecto
La religiosa ha propuesto el texto de Jesús con los discípulos de Emaús como manual para el acompañamiento que este debe hacer “al estilo de Jesús, Él es el modelo de acompañante”. Para ella, “la forma de acompañar de Jesús tiene algo que engancha, que lleva el Espíritu dentro”.
A partir de los relatos evangélicos de vocación, ha sugerido que “para acompañar hay que vivir la fe de manera confesante, y más pegada al evangelio que a la ley”, por ello ha presentados las tres “P” que “ayudan a acompañar: pan, Palabra Palabra y proyecto”, fórmula que favorece, a su vez, tres “C”: “crecer, creer y crear”.
Mesa redonda y oración
La tarde se completó con una mesa redonda dedicada a presentar diferentes “caminos de acompañamiento”. La experta en psicología pastoral y coach Esther Lucía Awad presentó la importancia de la “integración personal”, la religiosa de Jesús María y formadora Arantxa Gavilán reflexionó sobre “la espiritualidad y la experiencia de Dios”; el sacerdote y Director de la Comisión de Seminarios y Universidades de la Conferencia Episcopal, Sergio Requena, expuso los aspectos de “la búsqueda vocacional”; el capellán de San Carlos Borromeo (Madrid), Javier Baeza, acentuó “el compromiso social”; y el jesuita Luis María G. Domínguez, profesor de la Escuela de Formadores de Salamanca y Director del Instituto de Espiritualidad de la Universidad Pontificia Comillas, se dirigió directamente “a los acompañantes”.
La jornada se cerró con una Vigilia de oración dedicada a “María de Nazaret, mujer de fe y de vocación”, con el cantautor Nico Montero.
