Al finalizar las canonizaciones de este 15 de octubre, el Papa ha rezado el Ángelus, como cada domingo, con los fieles reunidos en la Plaza de San padre. Durante su intervención, ha anunciado su intención de convocar una Asamblea Especial del Sínodo de Obispos de la región panamericana, escuchando así la petición de varias diócesis de la zona. Esto es algo que no se ha dado en América desde el año 1994, bajo el pontificado de san Juan Pablo II.
La finalidad de dicha asamblea, ha señalado Francisco, será “estudiar nuevas formas de evangelizar al Pueblo de Dios, especialmente a los indígenas, frecuentemente olvidados”. También ha recordado que estos pueblos “no tienen un porvenir asegurado debido a la crisis que experimenta el bosque del Amazonas, pulmón de capital importancia de nuestro planeta”.
Francisco ha encomendado a los nuevos santos que intercedan por esta Asamblea de modo que “desde el respeto a la belleza de lo creado, todos los pueblos de la Tierra alaben a Dios, Señor del Universo”. El Papa ha canonizado en esta jornada al español Faustino Míguez, a los jóvenes mexicanos Cristóbal, Antonio y Juan, los mártires de Tlaxcala; un grupo de misioneros de Brasil encabezado por los sacerdotes Andrés de Soveral y Ambrosio Francisco Ferro y el laico Mateo Moreira, a los que acompañan veintisiete compañeros más; y el capuchino italiano Ángel de Acri.
Finalmente ha recordado que el próximo martes 17 de octubre tendrá lugar la Jornada Mundial del Rechazo a la Miseria. El Papa ha recordado que la miseria “no es una fatalidad, tiene causas que deben ser reconocidas y suprimidas para honrar la dignidad de nuestros hermanos y hermanas”