Convocados por Amerindia, 46 teólogos y teólogas de la liberación latinoamericanos y caribeños se reunieron en la Universidad Iberoamericana de Puebla (México) durante tres días (del 12 al 14 de octubre), con el propósito de analizar, en clave creyente, el momento histórico del continente, para “redescubrir los resortes místico-proféticos y metodológicos de la teología de la liberación, que pueden impulsar un cambio sistémico y una renovación eclesial desde una sinergia intergeneracional”.
A la cita acudieron varios de los más reconocidos exponentes de la teología de la liberación, como Leonardo Boff (Brasil), Pablo Richard (Chile/Costa Rica), Víctor Codina (Bolivia), Pedro Trigo (Venezuela), Marcelo Barros (Brasil), Margot Bremer (Paraguay), Juan Hernández Pico (El Salvador), Juan José Tamayo (España), y Diego Irarrázaval (Chile), entre otros, a la par con algunos teólogos que han abierto la reflexión teológica liberadora a nuevos escenarios y sujetos emergentes, entre quienes se encontraban Silvia Regina da Silva (Brasil/Costa Rica), Sofía Chipana Quispe (Bolivia), Agenor Brighenti (Brasil), Pablo Bonavía (Uruguay), Socorro Martínez (México), Marta Zechmeister (El Salvador), Juan Manuel Hurtado (México), Carmen Margarita Fagot (Puerto Rico) Manoel Godoy (Brasil), María José Caram (Argentina), Cesar Kuzma (Brasil), Elizabeth Judd (México), Alirio Cáceres (Colombia), Afonso Murad (Brasil), Socorro Vivas (Colombia), João Decio (Brasil), Isabel Iñiguez (Argentina), Élio Gasda (Brasil), Francisco Reyes (Costa Rica)…
La mayor novedad del encuentro –concebido como un “semillero” que busca desencadenar procesos de reflexión teológica liberadora desde las nuevas resistencias y esperanzas que se registran en América Latina– fue su carácter intergeneracional y su metodología horizontal, que posibilitó la interacción y la construcción colectiva entre los teólogos de la liberación de la primera y de la segunda generación, y un significativo grupo de teólogos jóvenes que han abrazado su legado.
De las nuevas generaciones de teólogos de la liberación estuvieron presentes Geraldina Céspedes Ulloa (Guatemala/República Dominicana), Alejandro Ortiz (México), Aquino Junior (Brasil), Francisco Bosch (Argentina), Paola Polo (Perú), Tirsa Ventura (República Dominicana), Carlos Eduardo Cardoso (Brasil), Larry Madrigal (El Salvador), Benjamín Schaw (El Salvador), Daniel Sousa (Brasil), Herbert Álvarez (Guatemala)…
En lugar de grandes conferencias magistrales –propias de congresos y cursos en los suelen intervenir los iniciadores de la teología de la liberación–, este primer Encuentro Intergeneracional, bajo el sugestivo título ‘La fuerza de los pequeños’, ha propiciado el diálogo y la construcción conjunta, a través de paneles, conversatorios y ‘mingas’ o ‘tequios’ teológicos (pequeños grupos de trabajo para discernir los desafíos contemporáneos del quehacer teológico liberador).
“Sentíamos la necesidad de un espacio donde pudiéramos dialogar, conversar, hasta discutir, en un ambiente fraterno/sororal sobre aquellos temas, realidades, conflictos, dudas, esperanzas y utopías que vamos teniendo los que hemos optado, desde diferentes lugares y edades, por los pobres”, ha dicho Pablo Bonavía, coordinador del observatorio eclesial de Amerindia.
En torno a la geopolítica de la esperanza y a la tradición liberadora en América Latina, los participantes se cuestionaron cómo tendría que hacerse la teología de hoy y del futuro para discernir la dimensión teologal de los procesos sociales.
Como resultado de este ejercicio colectivo, los teólogos de la liberación se han dado la tarea de construir una agenda de trabajo para los próximos años, a nivel de producción teológica, articulaciones y medios de difusión, que será concretada en las próximas semanas, con la cual se busca dar continuidad al proceso iniciado en este encuentro y apoyar decididamente la reforma eclesial del papa Francisco.
Como red, Amerindia se siente parte de una entrañable tradición del cristianismo latinoamericano-caribeño que encontró su expresión eclesial más reconocida en la opción por los pobres, tradición que dio un paso decisivo: redescubrir la fuerza transformadora de lo pequeño y de los pequeños.