“Yo no era feliz en España, aunque era una vida perfecta y cómoda. Me di cuenta de que el Señor tenía otro plan para mí. Me di cuenta de lo que me tenía preparado, poco a poco”. Con naturalidad Belén Manrique expresa cómo lo dejó todo en España para marcharse a Etiopía como laica misionera.
Ya en el colegio, un vídeo de la fundación en India del cantante de Mecano, Nacho Cano, le interpeló. “¿Qué hago yo aquí? Tengo que estar allí”. Lo cotidiano acalló su llamada hasta que tuvo una experiencia de verano en India de la mano de las misioneras de la Caridad. El siguiente salto fue Etiopía, donde se empapó del buen hacer de los combonianos.
La Pascua de 2014 le llevó a dar el salto definitivo. “Sentí que no era necesario ser monja para ser misionera. Cuando uno deja la vida en manos de Dios, la hace apasionante”, detalla. Durante un año colaboró con el sacerdote Christopher Hartley con la población somalí, y en la actualidad forma parte de una missio ad gentes del Camino Neocatecumenal en Etiopía.
“En la misión hay que ser creativo. Lo puedes hacer con la palabra, pero en otros casos es mejor hacerlo con la caridad, especialmente cuando vives en un lugar asediado por musulmanes radicales, como es el caso de los somalíes”, asegura esta joven que ha trabajado con prostitutas y enfermos.
Belén tiene 30 años, es periodista y refleja al nutrido grupo de laicos que están renovando el rostro misionero. Su voz ha sido una de las protagonistas en la rueda de prensa celebrada hoy martes 17 de octubre en Madrid dedicada al Domund 2017, la Jornada Mundial de las Misiones que se celebra el próximo domingo 22 de octubre, bajo el lema ‘Sé valiente, la misión te espera’. A través de esta iniciativa, la Congregación para la Evangelización de los Pueblos atiende las necesidades de 1.113 territorios de misión.
Ayuda a 176 diócesis
Solo en 2016, el Fondo Universal de Solidaridad de la Obra Pontificia de la Propagación de la Fe distribuyó 87,1 millones de euros; de ellos, 12,3 millones fueron aportados por las donaciones españolas.
Así, la ayuda de España llegó a 176 diócesis de 37 países, siendo la República Democrática del Congo la nación que más apoyo recibió (1,5 millones).
“Estamos llamados a vivir apasionadamente la misión”, aseguró el director nacional de Obras Misionales Pontificias (OMP), Anastasio Gil, que subrayó cómo el Domund busca “identificarse con la promoción de las personas y los pueblos para alcanzar su identidad y, por tanto, para anunciar la entrega misma del Evangelio, que es el amor. Pensar que todo se soluciona con proyectos de promoción y desarrollo es un reduccionismo”.
“Solo el 18% por ciento de la humanidad conoce experiencialmente a Jesucristo, por lo que tenemos una gran tarea por delante”, añadió Gil. “Mucho mejor le iría a la pastoral ordinaria de la Iglesia en España si se incorporara la dimensión misionera y no quedara reducida a una mera cooperación económica”, reivindicó el responsable del Domund.
De Ourense a la Amazonía
España cuenta con 13.000 misioneros españoles en los cinco continentes. “La edad media de estos misioneros es alta –apreció Anastasio Gil-, pero cuánto bien han hecho y continúan haciendo con su presencia”.
Uno de ellos es el ourensano Adolfo Zon, que partió en 1993 como sacerdote a una de las misiones javerianas en Brasil. Hoy es el obispo de Alto Solimões, una diócesis que cuenta con 131.000 kilómetros cuadrados y una densidad de población de 1,4 kilómetros por kilómetros cuadrados.
“A lo largo de estos casi 25 años como misionero, viendo las necesidades de aquellas gentes, he descubierto cómo la Doctrina Social nos daba respuesta a la dimensión social y política de nuestra fe”, explica Adolfo: “Cuando siembras y motivas desde algo más profundo, como los proyectos educativos que hemos llevado a cabo, algo acontece. Después de tanto tiempo es una alegría comprobar cómo aquellos niños pobres con los que empezamos en las escuelas hoy son universitarios”.
“Es urgente una Iglesia en estado permanente de misión, que sea casa de la iniciación cristiana donde haya un acompañamiento real y casa de la Palabra, que sea comunidad de comunidades y que esté al servicio de una vida plena”, propone el prelado de origen gallego.
Zon aplaudió la convocatoria de Francisco de un Sínodo Extraordinario Panamazónico, en tanto que “los pueblos indígenas están olvidados y afrontan una realidad que exige soluciones que no son nada fáciles”. En este sentido aplaudió el trabajo que viene realizando la Red Eclesial Panamazónica (REPAM).