Eduardo Arriagada es el decano de la Facultad de Comunicaciones de la Universidad Católica (UC) de Chile. Está convencido de que las redes sociales pueden ser una “cura de humildad en uno mismo”, mientras cuenta cómo se da en la actualidad la relación entre la Iglesia y la comunicación.
En conversación con Jorge Oesterheld para el Semanario Orbe 21, este catedrático explica que durante sus 30 años de experiencia como profesor, siempre estuvo relacionado con los medios masivos de comunicación y, en el último tiempo, con las redes sociales. “Lo que las personas tienen permanentemente en sus bolsillos o en la palma de sus manos, es una conexión con la gente que le importa”, el mundo paralelo de las comunicaciones interpersonales, comienza a mezclarse con los medios masivos y se forman comunidades virtuales que “son espacios de conversación, pero de conversaciones publicadas”.
El papa Francisco no es una persona con predisposición para la tecnología, sin embargo, “aceptó lo que recomendaban sus asesores: meterse en las redes y aprovechar el mundo móvil” porque vio el cambio como una oportunidad para extender la influencia de la Iglesia entre sus fieles y de difundir la Palabra de Dios. La realidad digital está abierta a que las personas la sigan mejorando y, cuando uno ingresa, se encuentra con que “siempre hay alguien que sabe más” y, “los que no nacimos como Francisco, adquirimos su humildad y comenzamos a actuar por inteligencia emocional”, considera Arriagada.
Las comunidades de las redes sociales son grupos cerrados que funcionan “como por permiso” y la Iglesia tiene que ser capaz de ingresar con el respeto de sus integrantes para poder difundir su mensaje. No obstante, para el decano de la Facultad de Comunicaciones de la UC, el poder de las redes sociales se da cuando cada miembro de una comunidad “trasmite, a sus respectivas comunidades, el mensaje”, de esta forma la información es difundida rápidamente.
La tecnología y los dispositivos son medios que hoy nos hacen tener en nuestras manos al mundo entero. A través de ellos llegamos a la gente que más queremos, estén donde estén físicamente. Sin duda, esta charla con Arriagada abre la visión y marca una mirada que encuentra en estos aparatos, un espacio válido y necesario para la comunicación que, a veces, llegamos a olvidar.