Durante el ángelus de este domingo 22 de octubre, Francisco ha reflexionado acerca del Evangelio del día, la trampa que los fariseos tienden a Jesús preguntándole si es lícito pagar impuestos. Cristo les pregunta de quién es la imagen que aparece en las monedas -que es de César-, y les dice: “Dadle al César lo que es del César, y a Dios lo que es de Dios”.
“Pagar los impuestos no es idolatría, si no el deber de los ciudadanos para con la autoridad. Es justo sentirse plenamente ciudadano del Estado, con tus derechos y deberes”, ha dicho el Papa. “Simbólicamente, debemos preguntarnos, ¿qué es de Dios? Igual que las monedas tienen estampado al emperador, todos nosotros tenemos marcada la imagen de Dios, ya que estamos hechos ‘a su imagen y semejanza‘”, ha reflexionado Francisco.
“¿A quién pertenezco? -continuó el pontífice ante una multitud que le escuchaba en la Plaza de San Pedro-. Por supuesto, a mi familia, mis amigos, mi país, mi sociedad… pero, por encima de todo, pertenecemos a Dios. Él es quien te ha dado todo lo que eres y lo que tienes”. De ahí que, añadió a continuación: “Debemos dar a cada uno lo suyo, no contraponer al César y a Dios, pues esto sería caer en el fundamentalismo”.
En este sentido, el Papa subrayó que “el cristiano está llamado concretamente a comprometerse en las realidades humanas y sociales sin contraponer a ‘Dios’ y al ‘César’, sino iluminando las realidades terrenas con la luz que viene de Dios”.
Cristianos perseguidos
Finalmente, el obispo de Roma ha recordado las beatificaciones que ayer tuvieron lugar en Barcelona y ha pedido a los nuevos 109 beatos claretianos que intercedan por los cristianos perseguidos por su fe, “que incluso hoy en día son muy numerosos”.
No ha querido acabar su alocución Francisco sin acordarse de la jornada del Domund, que se celebra este domingo, y ha exhortado a toda la Iglesia a “vivir la alegría de la misión y a sostener a nuestros misioneros con nuestros recursos y nuestra oración”.
Asimismo, ha recordado que declarará el mes de octubre de 2019 como mes de oración por la misión, y ha pedido la intercesión de san Juan Pablo II, el “Papa misionero”, para la jornada de hoy.
Antes de despedirse, Francisco ha pedido que todos nos unamos a su rezo por la paz en el mundo, especialmente en Kenia, que está atravesando una delicada situación política.
