Catedratón es una iniciativa de solidaridad creada en 2004 por monseñor Víctor Tamayo, obispo auxiliar de Barranquilla. Cuando el prelado se desempeñaba por segunda vez como párroco de la Catedral Metropolitana María Reina, visualizó una campaña orientada, en principio, a recaudar fondos para la refacción y el mantenimiento del templo.
Con el visto de monseñor Rubén Salazar, entonces arzobispo de la ciudad, la idea fue presentada a la publicista María Patricia Dávila, quien asesoró a la Arquidiócesis en el origen de esta obra de evangelización que hoy incluye en los meses previos a su realización acciones de sensibilización sobre el bien común y ha ampliado su radio de acción, debido a la buena respuesta entre la gente.
El primer año de la convocatoria el lugar elegido para la actividad fue el legendario estadio de fútbol Romelio Martínez, que recibió a miles de católicos interesados en donar su tiempo, talento y dinero. La fecha fue cercana al 22 de agosto, pues se quiso conservar la festividad de María Reina como referente de la fiesta catedralicia. La jornada incluyó un festival gastronómico, la participación de un variado grupo de músicos católicos, la presentación de conjuntos folclóricos y la conducción de presentadores de la televisión regional.
El segundo año el evento se trasladó al Teatro Municipal Amira de la Rosa, escenario representativo de la cultura barranquillera, el cual dio solemnidad a la acogida de fieles venidos de las parroquias más pobres del Atlántico, quienes se deleitaron con la presentación de espectáculos y el compartir fraterno en un espacio donde se ofreció una variada muestra cultural, artística y musical, así como un nuevo festival gastronómico.
En aquella ocasión, tras superarse la meta prevista, toda vez que el recaudo logró llegar a los 600 millones de pesos, monseñor Víctor Tamayo anunció frente a las cámaras de televisión que todo peso extra que entrara a la campaña se destinaría desde entonces a la construcción de parroquias en barrios pobres de Barranquilla. Las donaciones continuaron apareciendo y se pudo iniciar, posterior al evento, la construcción de la parroquia del barrio La Chinita, consagrada años más tarde como Parroquia “La Presentación del Señor”.
Un modelo de evangelización
Año tras año Catedratón ha visto el paso guiado de la Gracia de Dios, pues, luego de catorce años de trabajo ininterrumpido, hoy ciento ocho parroquias de la región han recibido su apoyo para la construcción o refacción de sus templos (apoyo que va desde estructuras arquitectónicas, hasta ayuda en la consecución de lotes donde se construyen los inmuebles).
Hace cinco años Catedratón amplió su acción pastoral. En la actualidad continúa contribuyendo al mantenimiento de la Catedral María Reina, pero también aporta con sus recaudos a la formación de los seminaristas de la Arquidiócesis de Barranquilla que se forman en el Seminario Regional Juan XXIII; como ejercicio de gratitud, colabora económicamente a la Casa Sacerdotal Luis Calixto Leiva, donde residen los sacerdotes ancianos que han entregado su vida al servicio de la comunidad; cubre con los gastos de la seguridad social de los sacerdotes del Atlántico; y continúa la misión de apoyar la construcción de nuevos templos en la Arquidiócesis de Barranquilla, pues el crecimiento habitacional crece rápidamente y, con él, la necesidad de estar presentes a través de un templo parroquial donde los fieles y personas de buena voluntad encuentren un espacio de oración y devoción.
¿Qué viene para Catedratón?
La obra ha dejado de ser simplemente un evento anual organizado por la Iglesia, transmitido durante nueve horas continuas por televisión, donde se presentan grandes artistas, grupos y ministerios católicos, y se ha convertido en una acción pastoral permanente al servicio de la evangelización en la Arquidiócesis de Barranquilla, durante todo el año.
A través de la construcción de templos parroquiales, la iniciativa contribuye a la reconstrucción del tejido social en las comunidades más pobres, pues con la presencia de la iglesia en medio de las casas de la gente comienza una transformación comunitaria que compromete a sus habitantes en la necesaria edificación de una mejor sociedad.
Catedratón también llega a los centros penitenciarios de Barranquilla: La Modelo, El Bosque y El Buen Pastor. Durante estas visitas no hay otra intención que brindarles a las personas privadas de la libertad un espacio de encuentro con Dios en medio de alabanzas, música, predicación de la Palabra de Dios, y sano esparcimiento, regalándoles así una experiencia de fe. Además de voluntarios y servidores de la obra, la Arquidiócesis ha invitado para este evento a ministerios católicos y a famosos intérpretes del género vallenato.
Catedratón ha permitido hacer vida el llamado permanente del papa Francisco de crear la cultura del encuentro. Su éxito como forma de evangelización ha estado en la cercanía de sus obispos, sacerdotes y laicos comprometidos con las esferas de la sociedad que, a través de la gestión transparente de la Iglesia, destinan sus recursos económicos en favor de la construcción de una sociedad más justa, solidaria y fraterna.
“Caminemos juntos”
Bajo el lema “Caminemos juntos para construir Iglesia”, la última versión de Catedratón se llevó a cabo el domingo 24 de septiembre en el Salón Jumbo del Country Club. Este espacio, que ha sido escenario por muchos años de la fiesta solidaria más grande del Atlántico, se convirtió en templo para recibir a los feligreses desde tempranas horas de la mañana. La eucaristía fue presidida por monseñor Jairo Jaramillo Monsalve, arzobispo de Barranquilla. “La Catedratón es la obra más evangelizadora que tiene la Arquidiócesis, porque une a la familia a través de los templos que construimos en las zonas más vulnerables de la ciudad y apoya a nuestro seminario y a la casa hogar de padres en retiro”, ha dicho el prelado refiriéndose a la campaña.
Texto: Erik Sojo