Los asaltos a usuarios y abusos por parte de los choferes del transporte público en el Estado de México son el pan de cada día; tanto, que en los últimos meses, las autoridades de diferentes municipios han establecido incontables operativos coordinados para procurar una mayor seguridad a los pasajeros.
Consciente de que la Iglesia tiene algo que decir y hacer frente a cualquier realidad, este miércoles la Arquidiócesis de Tlalnepantla llevó a cabo una acción pastoral sin precedentes: convocar a transportistas de la localidad para instituir su día y ponerlos bajo el amparo de san Juan Pablo II, quien conoció esa Iglesia particular en 1990, en el marco su segunda visita apostólica a México.
Ante cientos de choferes, la Arquidiócesis de Tlalnepantla, a cargo de monseñor Carlos Aguiar Retes, pidió la intercesión de san Juan Pablo II, e instituyó “el Día del Transportista y su Familia” en la Catedral de Corpus Christi, a donde acudieron empleados y dueños de unidades de transporte de los municipios de Atizapán, Cuautitlán, Naucalpan, Tultitlán y Tlalnepantla.
Los transportistas, muchos de ellos acompañados de sus familias, se reunieron en la iglesia catedral donde compartieron los alimentos y pudieron convivir con la finalidad de dialogar sobre las problemáticas que cada uno enfrenta en sus diferentes entornos sociales.
Posteriormente, monseñor Efraín Mendoza Cruz, Obispo Auxiliar de Tlalnepantla, celebró la Eucarística, y en su homilía invitó a los transportistas a reflexionar acerca de la importancia de vivir el Evangelio en su trabajo, y llevarlo a los lugares donde circulan. También los exhortó a que hicieran de su trabajo un medio para reconstruir el tejido social.
El obispo explicó que fue a petición de los transportistas que se adoptó a san Juan Pablo II como su protector, “porque él utilizó todos los medios de comunicación y transporte para llevar el Evangelio y la paz a todo el mundo”.
Añadió: “Cuando la Iglesia proclama a un santo para ser venerado y ser tomado como intercesor, la misma comunidad de fieles lo asume como su patrón, y en este caso los transportistas aquí lo han tomado como su santo patrono. Cada año vamos a tener una santa misa para pedir a Dios por todos los transportistas”.
Por su parte, los asistentes se comprometieron a celebrar cada año el “Día del Transportista y de su Familia” bajo el patrocinio de san Juan Pablo II, y a trabajar “sin olvidar que es a Cristo a quien sirven”. Cabe mencionar que en los últimos días 35 choferes del transporte público han resultado positivo en el consumo de drogas.
Terminada la misa, Efraín Mendoza y los sacerdotes que lo acompañaron bendijeron algunas imágenes de san Juan Pablo II que fueron entregadas a los transportistas para portarlas en sus unidades o entronizarlas en sus hogares; al final del encuentro tuvo lugar la bendición de los automóviles y transportes donde desempeñan su trabajo.