España

Pierbattista Pizzaballa: “No se puede hablar del futuro de los cristianos aislando al resto de confesiones”





“No dejar espacio libre para el extremismo”. Esa es su misión. La misión de Pierbattista Pizzaballa, administrador apostólico del Patriarcado Latino de Jerusalén. El prelado ha inaugurado hoy, 27 de octubre, la exposición ‘España en Tierra Santa’, organizada por la Universidad San Dámaso y la Obra Pía de los Santos Lugares, que estará expuesta hasta el próximo 8 de noviembre. Pizzaballa ha apostado por dialogar con quienes permanecen abiertos al encuentro, porque “no hay alternativas al diálogo”. Y esto nos sirve a todos.

El administrador apostólico ha agradecido la presencia española en Tierra Santa, una presencia que ha calificado de “real y cercana”, lo que permite “mirar al futuro con esperanza”. Y desde esa esperanza confía en que “Tierra Santa seguirá siendo el centro de las religiones, pese a las persecuciones, a las que no podemos asistir indiferentes”, ha indicado. Y es que, según sus palabras: “Nunca se ha presenciado una limpieza religiosa como la que vivimos hoy en Oriente Medio”.

El prelado tiene claro que “musulmanes, cristianos y judíos permanecerán en Tierra Santa pese a los conflictos. No se irán”. Y en concreto, ha dicho que “los cristianos estamos llamados a construir un futuro juntos, estableciendo sinergias con todas las comunidades religiosas”.

“El diálogo interreligioso no es algo teórico”

Para Pizzaballa, el diálogo con los musulmanes no es algo teórico, sino una necesidad, porque “el encuentro con el diferente es un desafío que nos concierne a todos”. Y ha añadido: “Necesitamos un acercamiento real”. Además, ha resaltado que “no puede hablarse del futuro de los cristianos solo preocupándose de ellos, aislando al resto de comunidades existentes”.

En relación a la situación actual en Israel, Pizzaballa ha reconocido que “se están logrando avances diplomáticos, pero las divisiones son cada vez más profundas en el eterno conflicto entre Israel y Palestina”. Y añade: “Sabemos que el conflicto pasará tarde o temprano, pero el problema es el odio y la desesperanza, que se está haciendo fuerte en el camino”.

Pizzaballa también ha puesto de manifiesto durante su alocución el drama de la emigración de familias cristianas. En concreto, el pasado año 128 familias abandonaron Belén. Y es que “hay una desazón en la sociedad que no habíamos visto antes”, ha manifestado.

Osoro: “El futuro no se construye minando a los demás”

El administrador apostólico ha estado escoltado por el cardenal arzobispo de Madrid, Carlos Osoro; el rector de la Universidad San Dámaso, Javier Prades; y el director de relaciones con la Santa Sede y de la Obra Pía, Gabriel Ferrán.

En su breve exposición, Osoro ha agradecido la presencia de Pizzaballa a la inauguración de una exposición que “nos hace una llamada, nos ofrece unas fuerzas y nos presenta un futuro a todos”. Y ha continuado: “Nos llama a abrir caminos y encontrarnos, porque España no está en Tierra Santa por casualidad, es una opción a través de la historia por la importancia que tiene para toda la humanidad el acontecimiento que allí sucede”.

Además, el cardenal ha indicado que la exposición “nos da la fuerza de los testigos, los padres franciscanos, quienes dan su vida por esa tierra, lo que es una gracia”. Asimismo, la muestra “nos invita a mirar al futuro con las armas que quien se hizo presente en aquella tierra nos ha dado a todos”. Por último, el purpurado ha subrayado que “el futuro no se construye eliminando y minando a los demás”.

Por su parte, Prades ha resaltado el acercamiento de la universidad a la tierra de Jesús a través de una exposición que persigue una intención “pastoral y académica”. Puesto que la intención es “pedir por la paz y la convivencia entre pueblos con culturas diferentes”, donde “los cristianos tenemos que tender tantos puentes como sea necesario por la reconciliación”, ha señalado.

Para concluir, Ferrán ha dejado claro que “la paz solo llegará a través del reconocimiento de Palestina como estado independiente de Israel, con Jerusalén como capital compartida”. Pero para ello “hace falta que la comunidad internacional le dedique más atención”, ha finalizado.

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