Cada viernes, ‘Vida Nueva’ te acerca sus recomendaciones en pantalla grande (o no tanto)
Del guionista de El orfanato y Lo imposible, de los productores de El laberinto del fauno y Un monstruo viene a verme, llega esta historia de cuatro hermanos que, tras la muerte de su madre, acuerdan que nada, nadie, nunca podrá separarlos. Para ello, se ocultan del mundo en su abandonada granja, un lugar cuyas viejas paredes esconden un terrible secreto.
El asturiano Sergio G. Sánchez, guionista habitual de J. A. Bayona, debuta en la dirección con una ambiciosa propuesta que mezcla el thriller, el drama familiar, el amor e incluso el terror psicológico, en un híbrido de géneros que acaba perjudicando las posibilidades de la cinta. Y es que, a menudo, tantas subtramas y giros de guión hacen que hasta el misterio mejor guardado pierda el interés.
Solo su elegante envoltorio, con una cuidada fotografía y las notas de otro habitual de estas producciones como Fernando Velázquez, nos hacen creer por un instante que tan bellas imágenes llegarán a emocionar por sí mismas. Pero eso se llama efectismo.
Thierry Frémaux rescata 108 películas (de unos 50 segundos cada una) de entre las 1.422 que rodó y produjo la Compañía Lumière entre 1895 y 1905. El resultado es un documental apasionante, en forma de viaje a los orígenes del séptimo arte, que constituye una lección magistral sobre la nueva forma de asomarse a la realidad que instauró el cinematógrafo de sus compatriotas hace ya más de un siglo.
Con indisimulado entusiasmo y oportunas gotas de humor, la voz en off del realizador galo nos describe cuanto sucede en pantalla, mientras nos brinda valiosos apuntes en torno a la puesta en escena y un estilo (tema, punto de vista y tratamiento) que dejaría su impronta en el ejercicio de este oficio. Imágenes en movimiento que atrapan oficios, tradiciones y lugares. Con cierta tendencia a la sobreactuación o la pose, pero con el único propósito de reconstruir lo acontecido casi con vocación de noticiario.
Toda una aventura para que los paladares cinéfilos disfruten durante hora y media de este legado imprescindible.
Septiembre de 1939. El matrimonio Zabinski lucha por salvar a los animales del zoo de Varsovia tras la invasión alemana durante la II Guerra Mundial. La fragilidad de unas crías de león, en apariencia a resguardo del horror, le hará entender a la protagonista (Jessica Chastain) que fuera de aquel recinto nadie está a salvo.
La neozelandesa Niki Caro toma prestada la historia real de uno de tantos héroes anónimos del Holocausto, para hablarnos de solidaridad, de misericordia, de bondad… Nada que no conociéramos ya por otras producciones sobre el tema, pero acompañado esta vez por esas criaturas encerradas e indefensas. ¿Metáfora del propio ser humano en tales circunstancias?
Un drama bienintencionado, aunque un tanto convencional e insípido, que seguramente no tardemos mucho en poderlo contemplar en alguna de las sobremesas televisivas de fin de semana. Eso sí, podremos ver la misma película (o parecida) cien veces, pero siempre habrá un Daniel Brühl de turno que nos meta el miedo en el cuerpo y el ay en el alma.