El cardenal birmano de Yangon, Charles Maung Bo, pide a Francisco que no use el término rohingya en su próxima visita al país, del 27 al 30 de noviembre, cuando también viajará a Bangladesh. De hecho, es en este país vecino donde se mantienen refugiados unos 600.000 rohingya tras su choque con el Gobierno dirigido en la sombra por la Nobel de la Paz, Aung San Suu Kyi.
Bo, elevado al cardenalato por Bergoglio en 2015, reconoce que los líderes religiosos del país le han pedido que haga llegar al Papa este consejo debido al clima de alta tensión con este grupo musulmán en Myanmar, donde el budismo es la religión dominante y donde ningún miembro de este colectivo ni siquiera tiene la condición de ciudadano, por lo que tampoco puede beneficiarse de ningún derecho ligado a ella.
“Le hemos pedido –ha declarado el purpurado hoy a la prensa local– que se abstenga al menos de utilizar la palabra rohingya porque es muy cuestionada y no es aceptada por los militares, por el Gobierno ni por la gente de Myanmar”. Y es que, en el ángelus del 27 de agosto, a los pocos días de estallar la última crisis que ha desencadenado su huida masiva del país, Bergoglio fue uno de los primeros líderes internacionales en dirigirse directamente a los “hermanos rohingya” y mostrar su solidaridad por su “sufrimiento”, pidiendo que se respetasen “sus derechos”.
No buscaría “politizar” el asunto
Consciente de que el Papa puede no seguir su consejo, Bo ya advierte de que, si finalmente usa ese término, no sería en ningún caso para “politizar” el asunto, sino porque querría “identificar a este grupo particular que se llama a sí mismo rohingya”. Y es que, recalca el cardenal, esta minoría musulmana está conformada por “seres humanos con su dignidad”, por lo que “eliminar o asesinar a uno de ellos no está justificado”.