Ayer, 8 de noviembre, Francisco recibió a Angelo Amato, prefecto de la congregación para las Causas de los Santos. En dicha audiencia, el Pontífice firmó una serie de decretos en los que declaraba mártires a varias personas así como reconocía la virtud heroica de otras, considerado un paso importante hacia la beatificación, entre ellos, el Papa Juan Pablo I y el Padre Tomás Morales, español y fundador de los Cruzados de Santa María.
Les perdono
Entre los nuevos mártires reconocidos se encuentra la hermana Leonella Sgorbati era una misionera de la Consolata italiana que vivió en África como misionera desde los 30 años hasta su muerte. Principalmente desarrolló su labor en Nairobi, en un hospital de las afueras de la ciudad, así como en un colegio para niños de edad preescolar. Fue elegida superior regional de las Hermanas de la Consolación en Kenia en 1993, cargo que ejerció hasta 2001, que fue el año en que se traslado a Mogadiscio, en Somalia, para entrenar a profesoras de preescolar.
Fue en Mogadiscio, el 17 de septiembre de 2006 cuando fue asesinada a la salida del hospital en el que estaba trabajando, en un tiroteo en el que también perdió la vida el guardaespaldas que la acompañaba. Sor Leonella no murió en el acto, la pusieron en una camilla y se apresuraron a meterla en el hospital. La hermana Marzia Feurra, que estaba con ella, relató hace unos años sus últimas palabras a Aciprensa“antes de apagarse como una pequeña vela, tres veces me repitió: Los perdono, los perdono, los perdono… Estas fueron sus últimas palabras”.
Su asesinato, ya reconocido como martirio, fue causado según algunas fuentes por el malestar que produjo en ciertos sectores del mundo islámico el Discurso de Ratisbona del papa Benedicto XVI, en el que leyó un fragmento del emperador Manuel II que muchos malinterpretaron como un ataque del pontífice al Islam.