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Bernardito Auza: “La paz mantenida por una amenaza mutua de destrucción no es una paz real”





La Santa Sede celebra hoy y mañana, 10 y 11 de noviembre, una conferencia mundial sobre el desarme nuclear. En el marco de estas jornadas, CRUX entrevista al observador permanente del Vaticano ante la ONU, Bernardito Auza. Según sus palabras, la Santa Sede juega un papel crucial para evitar la guerra nuclear entre Estados Unidos y Corea del Norte.

“Los pueblos del mundo están justamente preocupados de que aquellos con armas nucleares algún día puedan estar lo suficientemente locos como para usarlas”, indica Auza. Y es que estas armas “se desarrollan no solo para guardarse en un búnker como un elemento disuasorio en la teoría; se desarrollan a la luz de su posible uso”.

Según reconoce el arzobispo, “algunos afirman que la paz no puede mantenerse en el mundo de hoy y del mañana sin una amenaza mutua de destrucción por medio de la posesión y el posible uso de armas nucleares. Sabemos que no es una paz real; es solo la ausencia de guerra basada en la desconfianza y el miedo recíprocos”. No obstante, “la verdadera paz, como nos enseñó san Agustín, es una tranquilidad de orden, una armonía que fluye de la fraternidad, la solidaridad, la preocupación mutua y la confianza”.

Los obispos, contra la reforma fiscal de Trump

Los obispos de Estados Unidos protestan ante la Cámara de Representantes por la reforma tributaria que Trump quiere aprobar antes de final de año. “Es inaceptable que se eleven los impuestos a los ingresos de los trabajadores pobres a la vez que se proporciona un gran recorte impositivo a los ricos”, afirman en una carta recogida por America Magazine.

Según ellos, la propuesta no cumple criterios morales “centrados en el cuidado de los pobres y la preocupación por las familias”. Además, han criticado la reforma auspiciada por los republicanos, puesto que parece ser que va a ser la primera vez en la historia del país que se beneficie a los ricos y perjudique a los trabajadores.

La legislación debe cambiarse “por el bien de las familias y por aquellos que luchan en las periferias de la sociedad”, dicen los prelados en la carta, firmada por el obispo de Venecia, Frank J. Dewane; el Obispo de Las Cruces, Oscar Cantú; y el obispo de Youngstown, George V. Murry. Todos ellos presidentes de comisiones en la Conferencia Episcopal Estadounidense (USCCB, por sus siglas en inglés).

Müller: “Sin excepciones para la comunión de divorciados”

Müller sigue siendo Müller. El exprefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe ha prologado el último libro de Rocco Buttiglione –’Respuestas amistosas a los críticos de Amoris laetitia’ (Ediciones Ares)–. Según varios medios, en el mismo, el cardenal alemán parecía desdecirse de su oposición a la exhortación apostólica. Nada más lejos de la realidad: “Nunca dije que hay excepciones para la comunión a los divorciados”.

El purpurado conversa por teléfono con La Nuova Bussola Quotidiana para aclarar su posición. “No, no hay cambio. El objetivo de mi discurso es solo afirmar que la única manera de interpretar ‘Amoris laetitia’ es en continuidad con la Palabra de Dios en la Biblia, el Magisterio anterior, con la Tradición de los grandes Concilios de Florencia, Trento y el Vaticano II”, afirma.

Preguntado sobre si su prólogo desautorizaba a los cardenales de la dubia, Müller responde: “En absoluto. Las dubias son claramente legítimas. He dado una respuesta que no está en contra de ninguna persona. Mi texto es claro sobre esto. Una interpretación correcta dice que ‘Amoris laetitia’ puede y debe interpretarse ortodoxamente en la unidad de la tradición católica”. Y añade: “La intención de mi intervención no es continuar con la controversia sino superarla y hablar teológicamente sobre estos temas”.

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