Para Francisco, “la espiral de la carrera de armamentos no conoce límites”. Es la primera reflexión que el Papa lanzó este mediodía en la Sala Clementina a los participantes del Simposio Internacional sobre Desarme que se reúnen hoy en mañana en la Nueva Sala del Sínodo. Bajo el lema “Perspectivas para un mundo libre de armas nucleares y por un desarme integral”, en el foro participan 11 Premio Nobel de la Paz, además de especialistas de la ONU y representantes de Estados como Rusia, Estados Unidos, Corea del Sur o Irán, a los que se suman representantes eclesiales y de otras religiones, investigadores universitarios y miembros de ong.
El Papa lamentó al inicio del discurso que les dirigió que el gasto armamentístico de las naciones llegue a “eclipsar las prioridades verdad de la humanidad sufriente: la lucha contra la pobreza, la promoción de la paz, la realización de proyectos educativos…”. Fue el punto de partida a través del cual condenó una y otra vez el uso de armas nucleares en una “lógica del miedo”.
“Las relaciones internacionales no pueden estar dominadas por la fuerza militar, la intimidación mutua o la supresión de los arsenales de guerra”, sentenció el Papa ante los expertos recordando el horror de Hiroshima y Nagasaki.
El respaldo de la ONU
Jorge Mario Bergoglio celebró, sin embargo, que la mayoría de los países votaran recientemente en la ONU que “las armas nucleares no solo son inmorales, sino que también deben considerarse como un instrumento ilegítimo de guerra. Se ha logrado un importante vacío legal ya que las armas químicas, las armas biológicas, las minas antipersonal y las bombas de racimo son todas armas prohibidas explícitamente a través de las convenciones internacionales”.
Con la mirada puesta en el 50º aniversario de la Populorum Progressio de Pablo VI y de la Pacem in Terris de Juan XXIII, Francisco reivindicó “un progreso efectivo e inclusivo, la utopía de un mundo desprovisto de instrumentos ofensivos letales puede hacerse factible, a pesar de la crítica de quienes consideran idealistas los procesos de desmantelamiento del arsenal”.
Por eso, subrayó ante el foro que “la Iglesia no se cansa de ofrecer al mundo esta sabiduría y las obras que inspira, sabiendo que el desarrollo integral es el camino del bien que la familia humana está llamada a seguir”.