Director de orquesta, compositor, productor… Luis Cobos es el rayo que no cesa de crear. Mientras prepara la banda sonora para el primer Libro de Narnia, ultima su concierto solidario para Manos Unidas, que se celebrará el próximo 24 de noviembre.
PREGUNTA.- Prepara un concierto solidario para el día 24 de noviembre. ¿Nos cuenta algo más?
RESPUESTA.- Será el viernes 24 de noviembre, a las 22:30 horas, en el Auditorio Nacional de Música de Madrid, a beneficio de Manos Unidas. Es una ONG que realiza una labor fantástica en lugares tan dispares como Asia, África, América Latina…Interpretaremos distintos temas, entre los que se incluye uno de mi nuevo disco ‘Fantasía’, que habla de lo que la gente solidaria puede hacer por los demás, y que concluye con una frase de la Madre Teresa de Calcuta, que dice: “A veces sentimos que lo que hacemos es tan solo una gota en el mar, pero el mar sería menos si le faltara esa gota”. Las pequeñas cosas hechas con amor conforman un todo enorme, colosal. Uno a uno, mano a mano… unidos todos.
P.- Se dice que la música es el idioma universal. ¿Por qué la música clásica parece ser un idioma de élites?
R.- La función de las orquestas debe cambiar, salir más a la calle, actuar en las televisiones, que tengan sus discos, que hagan colaboraciones con músicos de otros registros… Cada cierto tiempo se produce un período de ostracismo, pero luego siempre remontan.
P.- Por cierto, dada la situación que estamos viviendo, ¿qué música necesitaría Cataluña para entenderse con el resto de España?
R.- Cualquier música: no tiene fronteras, no tiene aduanas, solo se apoya en un idioma común, que nos recuerda que somos ciudadanos del mundo, que podemos sentirnos bien en cualquier sitio que nos deje convivir en paz, crear y respirar el mismo aire que todos. Esa es la fuerza potente que necesita cualquier país, cualquier nacionalidad, cualquier raza, cualquier individuo.
P.- Actuó ante Wojtyla, ¿conoce a Francisco?
R.- No le conozco personalmente, pero me parece un gran hombre. Un Papa que ha logrado estar en su tiempo y concitar muchas voluntades, tanto de gente de fe como de agnósticos y de ateos. ¿A quién puede no gustarle su pontificado? No conozco a nadie. Ha hecho muchísimo por la Iglesia y la Historia –con mayúsculas– le recordará.