Laudato si’ llegó para quedarse. Más allá de darle un impulso a la cumbre de París o de concienciar a todo hijo de vecino que cuidar del planeta no se queda en un ecologismo de manual para dar el salto a una ecología integral que protege a la casa común y a quienes la habitan.
De ahí la convocatoria del Sínodo Panamazónico, pero también el hecho de que en su próximo viaje a América Latina vaya a dedicar varios momentos a acompañar a los indígenas y a visitar la Amazonía. Así, según ha dado a conocer la Santa Sede, Francisco se centrará en las problemáticas de las comunidades originarias y se reunirá con representantes de la etnia mapuche, que suman en torno a 1.100.000 millones de personas (de los 17,3 millones de habitantes de Chile). De hecho, el Papa estará en la zona de la Aracaunía el próximo 17 de enero, una zona muy conflictiva que los indígenas considera territorio propio.
Días después, en Perú está previsto el encuentro con los pueblos de la Amazonia en el Coliseo Regional Madre de Dios (Puerto Maldonado) y una visita al Hogar Principito, un lugar para niños y niñas en situación de vulnerabilidad.
La Justicia llega. Tarde, pero llega. Prueba de ello es que los tribunales brasileños volverán a celebrar el juicio por el asesinato hace tres décadas del jesuita español Vicente Cañas. Defensor de los indígenas, este albaceteño se enfrentó a quienes querían apropiarse de las tierras de estos pueblos, en especial de los Enawene Nawe.
Su apoyo fue tal que en abril de 1987 le mataron, presuntamente, por orden del propietario de una hacienda. Ya en 2006 se celebró una vista, pero los acusados fueron absueltos por falta de pruebas. La sentencia fue recurrida y será el próximo 29 de noviembre cuando el único superviviente de los acusados, Ronaldo Antonio Osmar, se siente de nuevo en el banquillo de los acusados.
En Chile se la conoce como la madre Teresa de Latinoamérica. Perteneciente a la Congregación Misionera de las Siervas del Espíritu Santo, Karoline Mayer está a punto de cumplir los 50 años de servicio en el país y en estos días se encuentra en España presentando su libro “El secreto siempre es el amor” (Plataforma Editorial).
“La Iglesia se transformará estructuralmente hasta no reconocerla”, asegura la misionera, convencida de que en 40 años se dará un vuelco tal que habrá un ecumenismo real entre todas las comunidades cristianas y la mujer recuperará el lugar que le corresponde. Sobre quienes la comparan con la santa de Calcuta, Mayer rechaza este título en tanto que “Teresa se especializó en la caridad y yo lucho por conseguir cambios estructurales, políticos y sociales”.